TOLEDO

JUEVES 5 ABRIL

¡Con lo que me gusta a mi dormir y lo que llevo madrugado! Hoy a las 6:30 en pie para ir a Toledo. Cuando piensas que vuelves a la normalidad te despiertas con la realidad. Mi madre también se ha levantado pronto para hacerme los bocadillos y llevarme al Macayo, aunque por mi culpa llegamos un poco tarde. Subí al bus; iba con Paula. Todo el mundo estaba adormilado, bien por París o bien por ser la primera semana de clase. Yo me llevé los apuntes de economía porque tenía examen al día siguiente y sólo había estudiado tres días porque ¿quién estudia en vacaciones? Yo no porque no he tenido

tiempo,aunque también: ¿quién estudia en autobuses? Pues yo. Ya conocéis a alguien. Luego el viaje se alteró un poco. Nos pusimos a jugar al quién es quién y se nos fue un poco de las manos. A mí la primera, para qué engañarse. 

viaje se alteró un poco. Nos pusimos a jugar al quién es quién y se nos fue un poco de las manos. A mí la primera, para qué engañarse. 

Llegamos a Toledo; hacía un día espléndido. Al bajar del bus pasamos por un puente que nos dio acceso a unas escaleras, de esas que te estiran los glúteos. Primero fuimos a San Juan de los Reyes Católicos pero luego les dio el capricho de enterrarse en Granada, así que nos dejaron la iglesia de recuerdo. Vimos el claustro y luego fuimos al Real Colegio Doncellas Nobles.Un antiguo colegio para chicas de familias pobres dónde eran internadas y aprendían para ser Señoritas y tener un buen cargo en la sociedad. Luego fuimos a Santa María la Blanca, solo había blanco. Después fuimos al Entierro del Señor Orgaz(del Greco), la Iglesia del Salvador y por último la Iglesia de los Jesuitas y subimos a sus torres. Un pequeño consejito: ¡No mires abajo! Yo lo aprendí un poquito tarde. Las vistas eran espectaculares. Todo Toledo ante nosotros. Al bajar también me dio vértigo, pero lo superé porque no me podía quedaren la torre a vivir. De ahí fuimos a la calle del Corpus y de allí a comer en nuestro free time. Compré un imán de recuerdo y un llavero de “Alehop”; pero porque

me gustaba la frase: no pongas límite e tus sueños. Cuando acabó eltiempo de convivencia vimos otra Iglesia y bajamos en escaleras
mecánicas al bus. Cáceres como siempre atrás en el proceso. Intenté estudiar a la vuelta pero me mareé, por lo que me pasé el resto del viaje hablando, con música y todos viendo vídeos absurdos. ¡A ver al final el examen!