SILENCIO, SE RUEDA

SÁBADO 14 ABRIL

Sé que me diréis que esto no es un viaje y yo soy la primera que lo admito, pero ha sido una experiencia que merece ser contada. Todos los años, el instituto Al-Qázeres hace una representación sobre un tema en concreto. Pero no es una representación cualquiera ya que vas pasando por diferentes escenarios y en cada uno vives una experiencia diferente. Este año, la temática ha sido Alqartury-Fox, y el título: “Silencio, se rueda”. Digo yo que podréis suponeros con que nos han sorprendido esta vez; el mundo del cine. Al entrar, nos sentamos delante de una gran pantalla al aire libre. Tres representantes y la dueña de la academia nos dijeron que habíamos sido seleccionados para pasar los últimos castings y conseguir un papel en una de sus películas. Nos pusieron un vídeo con imágenes de lo que habían “rodado” anteriormente. Al acabar, nos dividieron por grupos, y cada grupo tenía un representante. Universal, Pixsar, 20 Century Fox… A nosotros nos tocó la Metro Goldwyn Mayer. Nuestra primera parada fue en la película de El Gran Dictador con Charlie Chaplin; todo un clásico. Mi amiga Noemí estaba allí y me sacó a participar cuando pidieron voluntarios. Hicimos una carrera con globos espalda contra espalda, y mi grupo ganó (aunque fue el grupo de los Nacis)y el de Chaplin perdió (en el que estaba Victoria). Después de esa, entramos en otra sala dónde había un musical. Nos pusieron en el centro de la sala y, a nuestro alrededor empezaron a interpretar algunos de los musicales más famosos de la

historia: Chorus Line, Dancing in the Rain, Tombola, Grease, West Side History, Sonrisas y Lágrimas y Mamma Mía. Hicieron una canción de cada uno y en el final (Mamma Mía), sacaron a bailar a gente del público; entre ellas mi prima Marina y mi tía Mariluz (profesora de este instituto) y tuvieron que bailar una especie de Cancán en la que cada uno iba por su lado. Al terminar la actuación, entramos en otra escena que era de Postergeist… No sé que fue peor, si el miedo que daba la niña o que había un foco parpadeante delante de mí que me estaba quedando ciega. Salimos de la sala y, en el jardín, vimos Titanic. La primera escena que interpretaron fue en la que Jack ayuda a “volar” a Rous. En dónde esté DiCaprio que se quiten los demás; pero estuvo muy bien. Luego sacaron a voluntarios, entre ellos a mi tía, para ensayar la escena de la tabla flotante y decidir cómo la iban a hacer. Fue muy gracioso porque la directora les decía que tenían que sentir frío, amor, terror y alegría al mismo tiempo. En resumen, que fueron bipolares. Después también salió Marina. Eso de ser bipolar se le da genial. A medio camino de la siguiente escena, apareció torrente (de Torrente, el brazo tonto de la ley). Dijo que le habían echado del rodaje y necesitaba ayuda para entrar. El representante que venía con nosotros nos dio dinero para que se lo diésemos a Torrente y nos dejara en paz. Fui yo y se lo metí en la camisa; por lo que me sacó con él a mí y a otros tres y nos dio unas gafas (las mías con las patillas a desnivel) y una pistola (la mía con el botón de disparar roto) y nos puso un mote a cada uno. Yo era La Manolas; no me pega mucho pero es gracioso. Avanzamos silenciosamente pero nuestro representante le dio una tarjeta y nos fuimos a la escena siguiente. La película era Psicosis; la escena de la bañera y el cuchillo. ¡Cómo gritaba la mujer! Y en esto de que a mitad de escena salió Saw diciendo que había seis llaves escondidas, y que sólo una abría el candado. Nos había encerrado. Sólo

encontramos 3, y la que abría el candado era la actriz de Psicosis. Lo abrió y nos fuimos a la siguiente película: Los Minions, que nos pusieron a bailar a todos el baile del swish swish y sacaron a mi prima  al centro a bailarlo. Nuestra siguiente parada fue: El Padrino, la escena de la caja. Bueno, adivinad a quien sacaron de doble. ¡A mi tía! Si tendría que haber sido actriz. En la caja, literalmente, había una mierda. Fue muy divertido ese momento porque nadie se lo esperaba. La última película fue alucinante. ¡Llovía de verdad! (con efectos especiales claro). Había una paloma blanca domesticada y todo. Al terminar la escena, se descuelga Spiderman del tejado. A mí me llenó de telarañas. Para terminar la confusión, entró en escena el malo rojo de Star Wars. Nos enseñó a pelear con espadas láser (churros de piscina). A mi pobre compañera la quedé cao, aunque mi primo Carlos fue el mejor. Al final, hicieron una entrega de premios y nos dieron un diploma a cada uno.

 Es alucinante cómo se lo montan en este instituto, la participación por parte de alumnos, profesores y personal no docente. Me ha encantado y, espero que, al año que viene mi tía me consiga otra entrada.