Antes, cuando me hablaban, de la Rioja pensaba en vinos; ahora, pienso en este campamento!
Podría deciros que este verano me he recorrido más de media España y no estaría mintiendo. El jueves 2 de Agosto, puse rumbo en un viaje que duró más de 9 horas hacia la Rioja, mi destino más al norte hasta la fecha (sin contar París). Al subir al bus, me senté con una chica muy maja que se llamaba Paula. La primera parte de la mañana estuvimos hablando ella y yo pero a medida que pasaba el día empezamos a hablar con otras personas: María, Belén y su hermano David, Ana y nuestro monitor Raúl.
Al llegar a Logroño (con algo de retraso) nos reunimos con el resto de monitores y los 10 compañeros de allí. Fue una hora más de camino hasta el Rasillo y, al llegar, todos pensábamos descansar. Pues no, el autobús nos dejó en la carretera y nos toco subir con todo el equipaje hasta casi el final del pueblo, donde estaba el albergue. Llegamos agotados, pero para rematar subimos otras escaleras hasta las habitaciones. Luego bajamos a cenar todos juntos. Ese día nos sentamos como quisimos. Después, bajamos hasta donde nos dejó el autobús para hacer juegos de presentación.
Cuando acabamos los juegos y subimos al albergue, mis compis de cuarto: Sara, Paula, Raquel, Marta y Belén y yo nos quedamos hablando un rato hasta quedarnos dormidas.
DÍA 1:
Hoy nos levantaron los monitores con una música fuerte yendo por todas las habitaciones con el
altavoz. Bajamos a desayunar y, cuando acabamos, subimos a ponernos los bikinis para ir al lago; donde seguimos haciendo dinámicas de presentación. Después nos separaron por grupos, que serían los grupos de trabajo. Llegó la hora de bañarse. El agua estaba un poco fría, pero se estaba bien. Subimos a jugar a la plataforma situada a pocos metros de la orilla; tenía un tobogán y un trampolín. Cuando acabamos estabamos agotados, pero luego tuvimos que rehacer el camino hasta el pueblo.
En ese campamento se comía requete bien. Las cocineras se llamaban Choche y Susi. Después de comer, estuvimos hablando y, tras el rato de descanso, hicimos un recorrido por el pueblo para orientarnos. Acabamos empapados porque, como hacía mucho calor, nos llevaron a una fuente a la que nos tiraron. Tras ducharnos y cenar, nos reunieron en las escaleras de al lado del albergue, donde nos explicaron el juego de la noche: "El juego de las matrículas". Se jugaba por todo el pueblo.Yo me pasé más de la mitad del juego escondida con mi amiga Carolina. Cuando acabó el juego, nos subimos a dormir.
DÍA 2:
Hoy hemos ido al club náutico. Bajamos al lago y dividieron el grupo por pares e impares (cada uno tenía asignado un número que se sabía de memoria). Yo estaba en el primer grupo; íbamos a hacer kayak! La verdad es que ya había hecho antes esta actividad, por lo que coger buen ritmo no me costó. Mi kayak era amarillo, parecía un plátano! El viaje fue tranquilo, nos hicimos el pantano a lo ancho y, al llegar a la otra orilla, aparcamos los kayak y nos dimos un baño. Cuando regresamos al club, el resto de compañeros esperaban para hacer el intercambio. Ahora ellos hacían la ruta y nosotros "descansamos" en la plataforma. Después de comer hicimos un juego por el pueblo. Nos separaron otra vez en mini grupos y tuvimos que ir de fotos por la zona. A cada capitán del grupo, los monitores les pasaron las fotos de los sitios donde teníamos que fotografiarnos. A lo tonto y después de todo, conseguimos ubicarnos en el pueblo mejor de lo que pensábamos. Cuando acabamos de cenar, bajamos a la explanada del primer día. Jugamos a un juego de ropa que era como un cámbiame. Los monitores nos daban 5min para cambiarnos la ropa con los compañeros. El juego consistía en avanzar sin ser reconocidos. La verdad es que fue muy gracioso. Al final, volvimos al albergue para descansar.
DÍA 3:
Hoy ha sido un día diferente; excursión! Subimos al autobús que nos llevó al parque de aventuras de Lumbreras. Nos dividieron el grupo de nuevo en pares e impares. Mi primera actividad fue tiro con arco y, pese a mi pésima puntería, cayeron más flechas en la diana que fuera de ella. Después subimos a unos toboganes donde te tirabas dentro de unos donuts. Lo divertido era tirarse, luego lo de subir la cuesta cargados con el donut no lo era tanto; pero la actividad emocionante fue la última. Un recorrido por unas torres de madera unidas por cuerdas y tablones. Hubo ratos en los que pase miedo, no lo voy a negar; pero no sabéis la alegría que da volver a pisar el suelo después de haber estado tan arriba, y que tu vida dependiera solo del arnés que te sujetaba. Después de esta experiencia, fuimos a Villoslada (otro pueblito de la zona) a tomar las 11. Diría que querría volver al pueblito aquel de no ser porque a la mujer del bar le pagabas con un billete de 10€ y te daba la vuelta como si hubieras pagado con uno de 5€. Tras el pequeño incidente y antes de que nos echaran del pueblo, decidimos irnos nosotros. El siguiente sitio fue: el "Parque Natural Sierra Cebollera" (no vi ni una cebolla). Subimos hasta el campo de en frente de una ermita a comernos el bocadillo de la Choche. Los monitores querían que nos sintiéramos en contacto con la naturaleza, y lo consiguieron; porque poco más y los caballos se llevan nuestros bocatas. Después de comer y descansar un rato, hicimos la ruta de las cataratas que nos llevaría hasta el río. Aquello fue como bajar un peñascal, pero al final lo conseguimos, y el bañarnos en el río nos supo a gloria. Esa noche tuvimos una velada con juegos de contacto; donde yo me caí y me hice un quemón en la rodilla del que aún tengo cicatriz.
DÍA 4:
Después del agotador día de ayer, hemos vuelto a nuestra "rutina" del lago a hacer pedaletas. Al final nos cansamos de pedalear y unimos las barcas en círculo para hacer una piscinita, que luego se convirtió en un trenecito y terminó cada uno por su parte. Como por la tarde llovía y no se podía salir, hicimos un taller de camisetas. Yo hice al burrito de Winnie de Pooh, pero me quedó muy feita y la acabé tirando. Por la noche, hicimos un juego de dinámica de barro, donde nos pusieron un compañero a cada uno y hubo que hacer una figurita con los ojos cerrados. Aquello era arte abstracto!
DÍA 5:
El día de hoy para mi ha sido el más agotador con diferencia. Más de 12km antes de comer! Nuestra ruta consistía en ir hasta un pueblo cercano, Nieva de Cameros. Lo malo no fue llegar hasta el pueblo, que el camino ya fue duro de por si, si no escalar hasta el castillo del pueblo, que estaba en lo alto de una montaña rocosa. Subir fue horrible, y el pensar que colocabas mal un pie y no lo contabas era aún peor. Las vistas arriba eran impresionantes. En lo alto veía el publito pequeño a un lado de la ladera y al otro todas las montañas y las águilas volando entre las cimas. Vimos el "castillo" del que a penas quedaban 2 muros y una ventana, y bajamos al pueblo a tomar las 11. Nunca me habían sentado tan bien la fanta y la bolsa de chuches. Volvimos al albergue y, literalmente, devoramos la comida de la Choche. Después bajamos a pasar la tarde al lago. La noche fue más tranquila, ya que jugamos a un juego de estrategia llamado "Rommel and Montgómeri". Hoy si que dormimos todos como Santos.
lunes, 1 de octubre de 2018
miércoles, 12 de septiembre de 2018
ALMERÍA
Uno de los lugares más bonitos del mundo para mi es Almería, la tierra de "tio Panci". Después de salir de la estación de autobuses, subimos en el coche, y empece a contarles a mis padres mis vivencias del campamento, pero poco a poco me fui quedando dormida, paramos a comer en una estación de servicios. Mi mamá me había echo una de mis comidas favoritas, pastel de primavera! Cuando acabamos de comer y estirar las piernas volvimos al coche para continuar el viaje. Me fui quedando dormida otra vez, y cuando abrí los ojos, vi Almería ante mi.
Mis padres se quedaban en la ciudad, subimos al hotel a dejar sus maletas, después vino mi tío Francis a por nosotros para llevarnos a Agua Dulce el pueblo donde tenían la casa. Llegamos estaban todos esperándonos, Marina y Carlos (mis primos), mi hermana Victoria, la tía Mariluz y la Abu. Dejamos mis maletas y nos fuimos a la playa, solo estaba a diez minutos de casa!!!. Al llegar fue un momento maravilloso, la sensación de pisar la arena descalza o ver el agua tranquila y clara, fundiéndose con el horizonte. Fui con Marina, Victoria y papá al agua, luego Marina y papá se salieron y nos quedamos Victoria y yo hablando.
Empezaba a anochecer, y el agua empezaba anotarse un poco fría, salimos y fuimos a hablar con el resto de mi familia a las toallas.
Llegó la hora de cenar y fuimos todos a un chiringuito de al lado de la playa, el sol ya estaba muy bajo y se veían las luces de Almería y el puerto a lo lejos. Echaba de menos cenar en la playa y mucho más el pescado, cené unos boquerones que me supieron genial y nos volvimos todos a casa. Me di una ducha que me quitó el cansancio del viaje y el salitre del mar. Antes de dormir estuve hablando con mi prima y con mi hermana, aunque estaba tan cansada que me quedé dormida sobre las 12:00.
Por la mañana vino mi tía a despertarme, me trajeron una bamba rellena de chocolate para desayunar echaba tanto de menos los dulces! Me arreglé y me monte en el coche con mi tío y con mi abuela, hoy íbamos a visitar los refugios de la guerra en Almería. Teníamos la visita a las 12, pero de Agua Dulce a Almería se tardan unos 20 minutos y a parte teníamos que recoger a mis padres y llegar hasta el lugar.
La visita empezó a las doce en punto, nos pusieron un vídeo donde testigos que aún viven, contaban su experiencia sobre como vivieron la guerra. Para poneros en situación, estos refugios fueron construidos entre 1936 y 1939 y resguardar a la población de los 52 bombardeos que sufrieron con sus 754 bombas. En el vídeo contaban lo que era oír la sirena que indicaba que se acercaban aviones a bombardearlos, todo el mundo dejaba lo que estaba haciendo y corría rápidamente a las entradas de los refugios situadas en las iglesias, calles y casa particulares. El correr y no saber si toda tu familia esta a salvo, y ese miedo de que las alarmas no sonaran a tiempo...
Cuando acabo el vídeo, el guía nos indicó que bajáramos por las escaleras que nos llevaban a los túneles el lugar era estrecho y húmedo, había bancos en ambas paredes que recorrían todo el pasillo y grandes muros de hormigón situados cada pocos metros, para, por si había una explosión dentro del túnel, detener la onda expansiva. Estábamos a 12 metros de profundidad, esta es mayor a la de otros refugios, pero fue debido a la roca que había que atravesar era muy dura, tuvieron que bajar hasta un punto donde fuera más blanda. A lo largo del recorrido se iban viendo diferentes bifurcaciones cerradas al público, estas eran las que conectaban con otros túneles repartidos por el resto de Almería. Al irnos acercando al mar, del agua que se filtraba se podía ver el salitre cada vez con más frecuencia. El guía nos iba explicando, y una cosa que me llamo la atención
fueron los dibujos. Nos contó que cuando empezaron a utilizarse, aún no estaba el cemento seco del todo, y la gente se dedicaba a hacer gravados para distraerse de la situación. Pero el que más resaltó fue uno que hicieron unos niños, con unos aviones y unos barcos bombardeando lo que parecía la casa de uno de ellos. Seguíamos avanzando, y nos contó que a lo largo de los túneles había entrantes falsos con respiraderos, para que se pudieran ventilar los túneles debido a la gran cantidad de personas que se refugiaban en ellos, pero estaban estrategicamente apartados para por si tiraban una granada, que nadie saliera herido o muriera. Otro
dato interesante es que nadie murió dentro de los túneles,si no que en las entradas, porque todo el mundo quería entrar tan rápido que se empujaban, pegaban o incluso pisaban a la gente.
Al final del recorrido se encontraba una entrada privada, estas solo se las podían permitir las familias con una buena posición económica, pero estas familias estaban obligadas a ceder paso a las personas cuando sonaba la sirena. Pero lo que me llamó poderosamente la atención fue el quirofano, justo antes de acabar nos enseñaron lo que era la sala de enfermería y el quirofano. Nos explicaron que como había tantas situaciones de estrés y momentos de mucha tensión, muchas mujeres parían en el refugio, por eso la mesa del quirofano era un potro de parto. Tras acabar la visita el guía nos invitó a sentarnos y nos puso una grabación imitando una situación real de bombardeo. Se sentía tan real, oías las bombas cayendo encima de ti el sonido de los aviones, las sirenas,.. solo duró un minuto pero se hizo interminable, el guía nos explico que los bombardeos podían durar desde los 5 minutos a los 15 y que hubo uno que duro una hora entera.
Cuando salimos otra vez a la calle me sentía como cuando salí de la exposición de Auswitch. Pensar en esa situación, y en toda esa gente pero sobre todo esos niños que no pudieron tener una infancia, te deja desolado.
Mi tío vino a recogernos y nos llevo a tomar las cañas antes de volver a Agua Dulce. Al llegar a casa, ya estaba puesta la mesa, y comimos todos juntos, después yo aproveché y me dormí un rato la siesta. Cuando dieron las seis bajamos todos otra vez a la playa, hoy era mi último día en el mar y lo aproveché al máximo. Después de cenar todos juntos, me despedí de la playa hasta el año que viene, y nos subimos a casa, esa noche dormí genial.
Por la mañana acabé de hacer la maleta y mi tío nos llevó a mi abuela y a mi hasta Almería (ella también volvía a Cáceres). Mis padres acabaron de hacer el equipaje y poco a poco, mientras se iba alejando el mar, yo me quedé dormida.
Mis padres se quedaban en la ciudad, subimos al hotel a dejar sus maletas, después vino mi tío Francis a por nosotros para llevarnos a Agua Dulce el pueblo donde tenían la casa. Llegamos estaban todos esperándonos, Marina y Carlos (mis primos), mi hermana Victoria, la tía Mariluz y la Abu. Dejamos mis maletas y nos fuimos a la playa, solo estaba a diez minutos de casa!!!. Al llegar fue un momento maravilloso, la sensación de pisar la arena descalza o ver el agua tranquila y clara, fundiéndose con el horizonte. Fui con Marina, Victoria y papá al agua, luego Marina y papá se salieron y nos quedamos Victoria y yo hablando.
Empezaba a anochecer, y el agua empezaba anotarse un poco fría, salimos y fuimos a hablar con el resto de mi familia a las toallas.
Llegó la hora de cenar y fuimos todos a un chiringuito de al lado de la playa, el sol ya estaba muy bajo y se veían las luces de Almería y el puerto a lo lejos. Echaba de menos cenar en la playa y mucho más el pescado, cené unos boquerones que me supieron genial y nos volvimos todos a casa. Me di una ducha que me quitó el cansancio del viaje y el salitre del mar. Antes de dormir estuve hablando con mi prima y con mi hermana, aunque estaba tan cansada que me quedé dormida sobre las 12:00.
Por la mañana vino mi tía a despertarme, me trajeron una bamba rellena de chocolate para desayunar echaba tanto de menos los dulces! Me arreglé y me monte en el coche con mi tío y con mi abuela, hoy íbamos a visitar los refugios de la guerra en Almería. Teníamos la visita a las 12, pero de Agua Dulce a Almería se tardan unos 20 minutos y a parte teníamos que recoger a mis padres y llegar hasta el lugar.
La visita empezó a las doce en punto, nos pusieron un vídeo donde testigos que aún viven, contaban su experiencia sobre como vivieron la guerra. Para poneros en situación, estos refugios fueron construidos entre 1936 y 1939 y resguardar a la población de los 52 bombardeos que sufrieron con sus 754 bombas. En el vídeo contaban lo que era oír la sirena que indicaba que se acercaban aviones a bombardearlos, todo el mundo dejaba lo que estaba haciendo y corría rápidamente a las entradas de los refugios situadas en las iglesias, calles y casa particulares. El correr y no saber si toda tu familia esta a salvo, y ese miedo de que las alarmas no sonaran a tiempo...
Cuando acabo el vídeo, el guía nos indicó que bajáramos por las escaleras que nos llevaban a los túneles el lugar era estrecho y húmedo, había bancos en ambas paredes que recorrían todo el pasillo y grandes muros de hormigón situados cada pocos metros, para, por si había una explosión dentro del túnel, detener la onda expansiva. Estábamos a 12 metros de profundidad, esta es mayor a la de otros refugios, pero fue debido a la roca que había que atravesar era muy dura, tuvieron que bajar hasta un punto donde fuera más blanda. A lo largo del recorrido se iban viendo diferentes bifurcaciones cerradas al público, estas eran las que conectaban con otros túneles repartidos por el resto de Almería. Al irnos acercando al mar, del agua que se filtraba se podía ver el salitre cada vez con más frecuencia. El guía nos iba explicando, y una cosa que me llamo la atención
fueron los dibujos. Nos contó que cuando empezaron a utilizarse, aún no estaba el cemento seco del todo, y la gente se dedicaba a hacer gravados para distraerse de la situación. Pero el que más resaltó fue uno que hicieron unos niños, con unos aviones y unos barcos bombardeando lo que parecía la casa de uno de ellos. Seguíamos avanzando, y nos contó que a lo largo de los túneles había entrantes falsos con respiraderos, para que se pudieran ventilar los túneles debido a la gran cantidad de personas que se refugiaban en ellos, pero estaban estrategicamente apartados para por si tiraban una granada, que nadie saliera herido o muriera. Otro
dato interesante es que nadie murió dentro de los túneles,si no que en las entradas, porque todo el mundo quería entrar tan rápido que se empujaban, pegaban o incluso pisaban a la gente.
Al final del recorrido se encontraba una entrada privada, estas solo se las podían permitir las familias con una buena posición económica, pero estas familias estaban obligadas a ceder paso a las personas cuando sonaba la sirena. Pero lo que me llamó poderosamente la atención fue el quirofano, justo antes de acabar nos enseñaron lo que era la sala de enfermería y el quirofano. Nos explicaron que como había tantas situaciones de estrés y momentos de mucha tensión, muchas mujeres parían en el refugio, por eso la mesa del quirofano era un potro de parto. Tras acabar la visita el guía nos invitó a sentarnos y nos puso una grabación imitando una situación real de bombardeo. Se sentía tan real, oías las bombas cayendo encima de ti el sonido de los aviones, las sirenas,.. solo duró un minuto pero se hizo interminable, el guía nos explico que los bombardeos podían durar desde los 5 minutos a los 15 y que hubo uno que duro una hora entera.
Cuando salimos otra vez a la calle me sentía como cuando salí de la exposición de Auswitch. Pensar en esa situación, y en toda esa gente pero sobre todo esos niños que no pudieron tener una infancia, te deja desolado.
Mi tío vino a recogernos y nos llevo a tomar las cañas antes de volver a Agua Dulce. Al llegar a casa, ya estaba puesta la mesa, y comimos todos juntos, después yo aproveché y me dormí un rato la siesta. Cuando dieron las seis bajamos todos otra vez a la playa, hoy era mi último día en el mar y lo aproveché al máximo. Después de cenar todos juntos, me despedí de la playa hasta el año que viene, y nos subimos a casa, esa noche dormí genial.
Por la mañana acabé de hacer la maleta y mi tío nos llevó a mi abuela y a mi hasta Almería (ella también volvía a Cáceres). Mis padres acabaron de hacer el equipaje y poco a poco, mientras se iba alejando el mar, yo me quedé dormida.
domingo, 9 de septiembre de 2018
UMBRALEJO-GUADALAJARA (parte 2)
DÍA 3:
Bueno, hoy también Estopa. Tras bajar a por los móviles y el desayuno, nos reunimos todos en la hogera para que nos explicaran como iba a ser el día de hoy. El recorrido era una ruta de unos 14 o 15 km. Primero iríamos a un pueblo cercano, y después bajaríamos al río para comer y pasar la tarde antes de volver a Umbralejo. Íbamos a ir haciendo un juego que consistía en escuchar las explicaciones de Juanca sobre la flora y rocas de la zona, encontrar todos los ejemplares que pedían en el maletín que nos habían dado a cada grupo.
Empezamos la marcha y al principio todo bien, íbamos hablando y disfrutando del paseo, pero la mejor parte vino al tener que subir la montaña hasta el otro pueblo.Cuando paramos a descansar, casi me tienen que enchufar a una botella de oxígeno, y nada más llegar al pueblo, nos dejamos caer en los bancos y sillas del bar al que nos llevaron. Estábamos todos agotados, aprovechamos
para comprar, yo me cogí una fanta, y luego llegó la furgoneta del campamento con nuestras meriendas, pan con chocolate!!!!! Cuando acabamos de merendar, me puse el biquini y al rato continuamos nuestra marcha hasta el río, esta vez fue mejor porque la mayor parte del camino fue cuesta abajo. De camino vimos un viejo molino del que a penas quedaba la estructura, pero lo mejor fue la llegada al río, todos emocionados dejamos las mochilas debajo de un gran árbol y salimos corriendo al agua, estaba helada, pero no me importó porque tenía tanto calor que me lancé sin pensarlo. Unos cuantos decidimos subir río arriba, al llegar a unas
piedras nos detuvimos, y descansamos un rato al sol antes de volver,el camino era horrible porque el nivel del agua iba cambiando y de vez en cuando te comías una roca. Volvimos para comer, bocatas de lomo y melón. Estábamos muy cansados asique el rato de la siesta lo pasamos tumbados en las toallas hablando y escuchando música. Volvimos al río después y fui con otros amigos a hacer el camino y esta vez llegamos más lejos, pero tuvimos que regresar al rato porque nadie llevaba reloj y ya había pasado mucho tiempo.
El camino de vuelta fue agotador, subimos por el bosque sorteando arboles y bajando y subiendo terraplenes. Al llegar al campamento y poder ducharnos todo se nos pasó. Estaba fatigada pero no era comparable a aquel dolor de pies que sentí en París. Cenamos y tras el buzón, fuimos a hablar a las habitaciones, este fue el primer día que todos nos dormimos a la hora.
DÍA 4:
Hoy fue el día con la música más extraña para despertarnos, una mezcla de Estopa y cantos Gregorianos, estabamos muertos pero aún así nos levantamos y tras los teléfonos y el desayuno, vino el reparto de tareas, a mi hoy me tocaba huerto! La verdad es que tuve muchísima suerte porque tras una breve explicación sobre las plantas y una visita por los jardines, a cada uno nos dieron una tarea y nos situaron en diferentes puntos, a mi me tocó coger cerezas. La verdad esque no se me dio nada mal, estaba con mi amiga Helena y de las dos horas que teníamos para hacer el trabajo, creo que solo trabajamos media, y el rato restante lo pasamos comiendo cerezas y hablando.
Después se repartieron los talleres y por fin pude hacer el que más
me gustaba, el taller de arcilla. Esta vez los talleres fueron por la mañana porque por la noche íbamos a hacer una feria.
El taller estuvo genial, yo hice una cosa para colgarla al lado de la puerta y poner las llaves (pero se rompió en el trayecto en coche de vuelta). Después del taller, la comida y descanso. Llegó el momento de hacer la feria, nos dividieron en cuatro grupos y cada uno hizo su propia caseta. A nuestro grupo le pusimos el nombre del burro; nos llamábamos ABELINOS. Fue la mejor y ganamos el concurso. Por la noche, después de la cena y el ratito de descanso comenzó la Feria, mientras la mitad del grupo estaba en la caseta, la otra mitad se iba a jugar a las otras 3. La cosa consistía en ganar las sílabas de la palabra CONSUMICIÓN. Cada sílaba se conseguía ganando un juego en cada caseta. Estuvimos jugando hasta las 12:00 y después nos subimos a las habitaciones donde hicimos noche del terror, bueno, más bien asusté al campamento contando mi repertorio de historias para no dormir. Nos lo pasamos genial, pero a la 1:00 nos mandaron a acostar, aunque creo que a más de uno le costó conciliar el sueño.
DÍA 5:
Nos levantamos al sonido de Estopa, y tras lo de todas las mañanas.
Llegó la tarea del día, hoy era "restaurar" (limpiar) el pueblo, nos tocó recoger todo lo de la feria de la noche anterior, y luego limpiar una calle. El resto del tiempo fue tiempo libre donde yo aproveché para empezar la maleta, y como soy un desastre tenía mucho trabajo.
Después de comer decidí escribir cartas para que todos mis amigos se llevaran un recuerdo mío. Y tras la siesta empezamos a decorar el punto de encuentro para la fiesta, hicimos un escenario, y dos fhotocall, pusimos banderitas y carteles, y todo estaba super lindo. Después llegó la hora de la ducha y tras
arreglarnos y acabar la decoración, Susana dijo que le ayudáramos con una canción que quería cantar. Bien, pues aunque fue algo desastrosa, pasamos un rato muy divertido. Después de nuestra última cena,subimos para terminar de arreglarnos y a las 10:30, empezó la fiesta, hicimos nuestro último buzón. Nos dieron diplomas y luego música y baile, más tarde fuimos a las habitaciones y nos pasamos prácticamente toda la noche despiertos. Fue un día inolvidable, aunque ¿quién olvida un final de campamento?
DÍA 6:
Todo lo bueno se acaba, y esto no iba a ser una excepción,cuando sonó la música, supe que sería la última vez que me despertaría Estopa. Acabamos de meter las cosas en las maletas, y las cerramos. Dejamos atrás la habitación para siempre. Bajamos al comedor donde estaban ya algunos compañeros y sus maletas, desayunamos y llegó el autobús que nos llevaría de vuelta a Guadalajara. La primera despedida fue allí en la entrada al campamento, a Paula la vinieron a recoger sus padres, todos estabamos tristes, subimos al autobús e intentamos pasar la última hora juntos lo mejor posible.Pusimos música, todos hablábamos. Dejamos atrás Umbralejo, y las montañas.
Bajar del autobús no fue fácil, nos despedimos todos de todos y cogí las maletas, mientras me alejaba miré para atrás y vi como un trocito de mi se quedaba con cada uno.
Gracias a todos por hacer de este campamento una experiencia inolvidable.
Umbralejo siempre tendrá un huequito en mi corazón.
Bueno, hoy también Estopa. Tras bajar a por los móviles y el desayuno, nos reunimos todos en la hogera para que nos explicaran como iba a ser el día de hoy. El recorrido era una ruta de unos 14 o 15 km. Primero iríamos a un pueblo cercano, y después bajaríamos al río para comer y pasar la tarde antes de volver a Umbralejo. Íbamos a ir haciendo un juego que consistía en escuchar las explicaciones de Juanca sobre la flora y rocas de la zona, encontrar todos los ejemplares que pedían en el maletín que nos habían dado a cada grupo.
Empezamos la marcha y al principio todo bien, íbamos hablando y disfrutando del paseo, pero la mejor parte vino al tener que subir la montaña hasta el otro pueblo.Cuando paramos a descansar, casi me tienen que enchufar a una botella de oxígeno, y nada más llegar al pueblo, nos dejamos caer en los bancos y sillas del bar al que nos llevaron. Estábamos todos agotados, aprovechamos
para comprar, yo me cogí una fanta, y luego llegó la furgoneta del campamento con nuestras meriendas, pan con chocolate!!!!! Cuando acabamos de merendar, me puse el biquini y al rato continuamos nuestra marcha hasta el río, esta vez fue mejor porque la mayor parte del camino fue cuesta abajo. De camino vimos un viejo molino del que a penas quedaba la estructura, pero lo mejor fue la llegada al río, todos emocionados dejamos las mochilas debajo de un gran árbol y salimos corriendo al agua, estaba helada, pero no me importó porque tenía tanto calor que me lancé sin pensarlo. Unos cuantos decidimos subir río arriba, al llegar a unas
piedras nos detuvimos, y descansamos un rato al sol antes de volver,el camino era horrible porque el nivel del agua iba cambiando y de vez en cuando te comías una roca. Volvimos para comer, bocatas de lomo y melón. Estábamos muy cansados asique el rato de la siesta lo pasamos tumbados en las toallas hablando y escuchando música. Volvimos al río después y fui con otros amigos a hacer el camino y esta vez llegamos más lejos, pero tuvimos que regresar al rato porque nadie llevaba reloj y ya había pasado mucho tiempo.
El camino de vuelta fue agotador, subimos por el bosque sorteando arboles y bajando y subiendo terraplenes. Al llegar al campamento y poder ducharnos todo se nos pasó. Estaba fatigada pero no era comparable a aquel dolor de pies que sentí en París. Cenamos y tras el buzón, fuimos a hablar a las habitaciones, este fue el primer día que todos nos dormimos a la hora.
DÍA 4:
Hoy fue el día con la música más extraña para despertarnos, una mezcla de Estopa y cantos Gregorianos, estabamos muertos pero aún así nos levantamos y tras los teléfonos y el desayuno, vino el reparto de tareas, a mi hoy me tocaba huerto! La verdad es que tuve muchísima suerte porque tras una breve explicación sobre las plantas y una visita por los jardines, a cada uno nos dieron una tarea y nos situaron en diferentes puntos, a mi me tocó coger cerezas. La verdad esque no se me dio nada mal, estaba con mi amiga Helena y de las dos horas que teníamos para hacer el trabajo, creo que solo trabajamos media, y el rato restante lo pasamos comiendo cerezas y hablando.
Después se repartieron los talleres y por fin pude hacer el que más
me gustaba, el taller de arcilla. Esta vez los talleres fueron por la mañana porque por la noche íbamos a hacer una feria.
El taller estuvo genial, yo hice una cosa para colgarla al lado de la puerta y poner las llaves (pero se rompió en el trayecto en coche de vuelta). Después del taller, la comida y descanso. Llegó el momento de hacer la feria, nos dividieron en cuatro grupos y cada uno hizo su propia caseta. A nuestro grupo le pusimos el nombre del burro; nos llamábamos ABELINOS. Fue la mejor y ganamos el concurso. Por la noche, después de la cena y el ratito de descanso comenzó la Feria, mientras la mitad del grupo estaba en la caseta, la otra mitad se iba a jugar a las otras 3. La cosa consistía en ganar las sílabas de la palabra CONSUMICIÓN. Cada sílaba se conseguía ganando un juego en cada caseta. Estuvimos jugando hasta las 12:00 y después nos subimos a las habitaciones donde hicimos noche del terror, bueno, más bien asusté al campamento contando mi repertorio de historias para no dormir. Nos lo pasamos genial, pero a la 1:00 nos mandaron a acostar, aunque creo que a más de uno le costó conciliar el sueño.
DÍA 5:
Nos levantamos al sonido de Estopa, y tras lo de todas las mañanas.
Llegó la tarea del día, hoy era "restaurar" (limpiar) el pueblo, nos tocó recoger todo lo de la feria de la noche anterior, y luego limpiar una calle. El resto del tiempo fue tiempo libre donde yo aproveché para empezar la maleta, y como soy un desastre tenía mucho trabajo.
Después de comer decidí escribir cartas para que todos mis amigos se llevaran un recuerdo mío. Y tras la siesta empezamos a decorar el punto de encuentro para la fiesta, hicimos un escenario, y dos fhotocall, pusimos banderitas y carteles, y todo estaba super lindo. Después llegó la hora de la ducha y tras
arreglarnos y acabar la decoración, Susana dijo que le ayudáramos con una canción que quería cantar. Bien, pues aunque fue algo desastrosa, pasamos un rato muy divertido. Después de nuestra última cena,subimos para terminar de arreglarnos y a las 10:30, empezó la fiesta, hicimos nuestro último buzón. Nos dieron diplomas y luego música y baile, más tarde fuimos a las habitaciones y nos pasamos prácticamente toda la noche despiertos. Fue un día inolvidable, aunque ¿quién olvida un final de campamento?
DÍA 6:
Todo lo bueno se acaba, y esto no iba a ser una excepción,cuando sonó la música, supe que sería la última vez que me despertaría Estopa. Acabamos de meter las cosas en las maletas, y las cerramos. Dejamos atrás la habitación para siempre. Bajamos al comedor donde estaban ya algunos compañeros y sus maletas, desayunamos y llegó el autobús que nos llevaría de vuelta a Guadalajara. La primera despedida fue allí en la entrada al campamento, a Paula la vinieron a recoger sus padres, todos estabamos tristes, subimos al autobús e intentamos pasar la última hora juntos lo mejor posible.Pusimos música, todos hablábamos. Dejamos atrás Umbralejo, y las montañas.
Bajar del autobús no fue fácil, nos despedimos todos de todos y cogí las maletas, mientras me alejaba miré para atrás y vi como un trocito de mi se quedaba con cada uno.
Gracias a todos por hacer de este campamento una experiencia inolvidable.
Umbralejo siempre tendrá un huequito en mi corazón.
UMBRALEJO-GUADALAJARA (parte 1)
Ya se que dije que mi verano comenzó en Regina, pero mi verdadera aventura empezó concretamente el día 20 de Julio. Con las maletas preparadas junto con mis padres pusimos rumbo a Madrid, os preguntareis el por qué. Como ya sabéis mi madrinita vive allí y como Guadalajara está a una hora escasa de Madrid decidimos partir el viaje y aprovechar la ocasión para verla a ella y a
mi primito. El domingo por la mañana salimos hacia Guadalajara para hacer un poco de turismo antes de tomar el autobus a mi destino fina . Pero continuando con el gafe, solo vimos el Palacio del Infantado, y por fuera porque estaba cerrado al público por reformas, total, que acabamos dando un paseo hasta la plaza del ayuntamiento donde nos tomamos las "onces"(unas cañitas o tapas). Reanudamos el paseo al lado de un parque y buscamos un lugar para comer. Eran las tres y media, hacia calor y decidimos ir a pasar el rato al centro comercial, tras perdernos un par de veces, al llegar estaba todo cerrado por ser domingo. Nos dirigimos a la estación de autobuses donde nos sentamos tranquilamente a esperar. Fui viendo como llegaba la gente. Pasaba el tiempo y cada vez estaba más ansiosa por subir al bus. Mi primera amiga fue Raquel, llego con su madre y se sentaron a nuestro lado, empezamos a hablar y nos hicimos buenas amigas. Llegó el momento de subir al autobús, eran las seis de la tarde y nosotras entramos de las primeras nos sentamos en la parte de atrás y empezamos a hablar con el chico de delante, se llamaba Fernando y nos hicimos muy amigos. Después llegó Pedro, se sentó al lado de Fernando y continuamos la conversación que duró todo el viaje.
Por fin llegamos a nuestro destino, cogimos las maletas. Primera parada, la zona de comedor, que estaba en la parte de abajo del pueblo. Dejamos el equipaje fuera y entramos, Raquel y yo, nos sentamos alrededor una mesa junto a Teresa, Idoia, y Claudia. Nos dijeron los monitores que teníamos que repartirnos por habitaciones.
Las cinco acordamos ponernos juntas, salimos de allí por turnos, y tuvimos la gran suerte de que nos tocó la casa-cabaña más grande. Nuestra habitación estaba nada más subir las escaleras, teníamos dos ventanas y un mini balcón, era perfecta, salvo por el detalle de que era la única habitación sin baño. Teníamos que ir al baño de las otras habitaciones pero por lo demás era genial. Teníamos hasta la hora de cenar para deshacer maletas y familiarizarnos con la casa y los compañeros. Arriba había cuatro habitaciones más estas con baño. Abajo teníamos dos salitas, una con un futbolín y otra con una mesa y tres bancos. Al salir había un triangulo gigante de piedra (con muy buena cobertura, cosa que no teníamos dentro de la casa, ya que al ser un pueblo abandonado sus comunicaciones no eran muy buenas) y una hogera al lado de este. Llegó la hora de cenar y bajamos todos al comedor, no tenia mucha hambre pero la comida no estaba mala. Después de cenar tuvimos una hora para lavarnos los dientes y hacer lo que quisiéramos, luego nos llevaron al salón de actos del pueblo, donde repasamos las normas e hicimos un juego para conocernos mejor. Más tarde nos dieron más tiempo libre y acabamos un buen grupo de gente hablando en nuestra habitación, cosa que se convirtió en costumbre a las 12:30 bajamos los móviles y a la una nos mandaron a cada uno a nuestras habitaciones, aunque nosotras nos quedamos hablando hasta casi las 3:30 o 4:00...
DÍA 1:
acabamos de llevar la basura al vertedero vimos los conejos, las ocas, el caballo y el burro, el burro no se porqué pero era el único animal con nombre; Abelino. Y acabamos bajando al prado donde estaban las ovejas, les tuvimos que llevar un montón de alpacas de paja que había en el prado, pesaban como unos 15kg o más. La mejor recompensa fue el darles de comer, Juanca (nuestro monitor) nos echó su pienso en las manos y vinieron a comer de ellas, fue muy bonito, estas por lo menos te lo agradecían, no como las gallinas. Había un corderito al que le pusimos de nombre Potito, era muy tierno.
Subimos al comedor y merendamos en la calle que se esta muy bien
fuera, cuando acabamos fuimos al punto de encuentro para repartir los talleres de la tarde. Estos se hacían por orden de lista, yo me metí en el taller de masajes, después hicimos una ruta para conocer el pueblo y luego un juego de orientación. Llegó la hora de comer y tuvimos un ratio de descanso, en principio íbamos a dormir siesta pero al final empezamos a hablar y se nos pasó la hora. Y tenía que ir al taller de masaje y entre el masaje y me quedé dormida dos veces, estaba agotada. Después del taller hicimos juegos en grupo,así nos conocimos un poco mejor, el resto de la tarde fue tiempo libre y horario de duchas.
A la hora de cenar, bajamos al comedor. Después hicimos el buzón del amor, tuvimos el resto de la noche para nosotros, fuimos otra vez todo nuestro grupo a la habitación donde se nos pasó todo el rato hablando, al final a la una nos mandaron a la cama y ese día solo hablamos hasta las tres.
mi primito. El domingo por la mañana salimos hacia Guadalajara para hacer un poco de turismo antes de tomar el autobus a mi destino fina . Pero continuando con el gafe, solo vimos el Palacio del Infantado, y por fuera porque estaba cerrado al público por reformas, total, que acabamos dando un paseo hasta la plaza del ayuntamiento donde nos tomamos las "onces"(unas cañitas o tapas). Reanudamos el paseo al lado de un parque y buscamos un lugar para comer. Eran las tres y media, hacia calor y decidimos ir a pasar el rato al centro comercial, tras perdernos un par de veces, al llegar estaba todo cerrado por ser domingo. Nos dirigimos a la estación de autobuses donde nos sentamos tranquilamente a esperar. Fui viendo como llegaba la gente. Pasaba el tiempo y cada vez estaba más ansiosa por subir al bus. Mi primera amiga fue Raquel, llego con su madre y se sentaron a nuestro lado, empezamos a hablar y nos hicimos buenas amigas. Llegó el momento de subir al autobús, eran las seis de la tarde y nosotras entramos de las primeras nos sentamos en la parte de atrás y empezamos a hablar con el chico de delante, se llamaba Fernando y nos hicimos muy amigos. Después llegó Pedro, se sentó al lado de Fernando y continuamos la conversación que duró todo el viaje.
Por fin llegamos a nuestro destino, cogimos las maletas. Primera parada, la zona de comedor, que estaba en la parte de abajo del pueblo. Dejamos el equipaje fuera y entramos, Raquel y yo, nos sentamos alrededor una mesa junto a Teresa, Idoia, y Claudia. Nos dijeron los monitores que teníamos que repartirnos por habitaciones.
Las cinco acordamos ponernos juntas, salimos de allí por turnos, y tuvimos la gran suerte de que nos tocó la casa-cabaña más grande. Nuestra habitación estaba nada más subir las escaleras, teníamos dos ventanas y un mini balcón, era perfecta, salvo por el detalle de que era la única habitación sin baño. Teníamos que ir al baño de las otras habitaciones pero por lo demás era genial. Teníamos hasta la hora de cenar para deshacer maletas y familiarizarnos con la casa y los compañeros. Arriba había cuatro habitaciones más estas con baño. Abajo teníamos dos salitas, una con un futbolín y otra con una mesa y tres bancos. Al salir había un triangulo gigante de piedra (con muy buena cobertura, cosa que no teníamos dentro de la casa, ya que al ser un pueblo abandonado sus comunicaciones no eran muy buenas) y una hogera al lado de este. Llegó la hora de cenar y bajamos todos al comedor, no tenia mucha hambre pero la comida no estaba mala. Después de cenar tuvimos una hora para lavarnos los dientes y hacer lo que quisiéramos, luego nos llevaron al salón de actos del pueblo, donde repasamos las normas e hicimos un juego para conocernos mejor. Más tarde nos dieron más tiempo libre y acabamos un buen grupo de gente hablando en nuestra habitación, cosa que se convirtió en costumbre a las 12:30 bajamos los móviles y a la una nos mandaron a cada uno a nuestras habitaciones, aunque nosotras nos quedamos hablando hasta casi las 3:30 o 4:00...
DÍA 1:
Eran las 8 de la mañana cuando la música de Estopa empezó a sonar por todo el pueblo, estábamos muertas por la falta de sueño, pero aun así nos levantamos nos vestimos y bajamos a recoger los teléfonos a la caseta de los monitores, después fuimos al comedor y tras el desayuno fuimos a
la hogera, que fue el punto de encuentro ese día, cuando llegaron los monitores nos fuimos al punto de reunión, una especie de cobertizo abierto, con bancos en la pared medianera y una fuente. Nos sentamos y nos dijeron con que monitor nos tocaba a cada uno, bien pues el primer día me tocó ganado. Subimos casi hasta el final del pueblo, a mi me habría hecho mucha ilusión haber cuidado las ovejas pero con mi mala suerte me tocó con las gallinas.En mi grupo estabamos Jose, Nuria, Candela (murciana) y yo. No os podéis imaginar la mierda que acumularon esos bichos, restos de comida, paja,.. limpiar fue un poco difícil porque teníamos que separar lo bueno de lo malo, lo malo lo poníamos en la carretilla para tirarlo y estos animalitos tontos se subían a la carretilla a comer. Luego le dimos un mangerazo a los comederos y regamos los arboles,les migamos pan y les echamos comida nueva, parecía que no habían comido en semanas!!! Cuando acabamos de llevar la basura al vertedero vimos los conejos, las ocas, el caballo y el burro, el burro no se porqué pero era el único animal con nombre; Abelino. Y acabamos bajando al prado donde estaban las ovejas, les tuvimos que llevar un montón de alpacas de paja que había en el prado, pesaban como unos 15kg o más. La mejor recompensa fue el darles de comer, Juanca (nuestro monitor) nos echó su pienso en las manos y vinieron a comer de ellas, fue muy bonito, estas por lo menos te lo agradecían, no como las gallinas. Había un corderito al que le pusimos de nombre Potito, era muy tierno.
Subimos al comedor y merendamos en la calle que se esta muy bien
fuera, cuando acabamos fuimos al punto de encuentro para repartir los talleres de la tarde. Estos se hacían por orden de lista, yo me metí en el taller de masajes, después hicimos una ruta para conocer el pueblo y luego un juego de orientación. Llegó la hora de comer y tuvimos un ratio de descanso, en principio íbamos a dormir siesta pero al final empezamos a hablar y se nos pasó la hora. Y tenía que ir al taller de masaje y entre el masaje y me quedé dormida dos veces, estaba agotada. Después del taller hicimos juegos en grupo,así nos conocimos un poco mejor, el resto de la tarde fue tiempo libre y horario de duchas.
A la hora de cenar, bajamos al comedor. Después hicimos el buzón del amor, tuvimos el resto de la noche para nosotros, fuimos otra vez todo nuestro grupo a la habitación donde se nos pasó todo el rato hablando, al final a la una nos mandaron a la cama y ese día solo hablamos hasta las tres.
DÍA 2:
Bueno, hoy para no variar, a las 8 de la mañana la música de Estopa se coló en la habitación, nos levantamos arregañadientes y nos vestimos hoy me tocaba día de limpieza, la verdad es que tampoco fue muy emocionante, asique después de recoger nuestros teléfonos, desayunar y lavarnos los dientes, subimos al punto de encuentro donde nos fuimos con la monitora encargada de la limpieza. Nos dividieron por cabañas, y a mi me tocó en la mía, estabamos en el minigrupo Carmen,
Javi, Pedro, Nuria, y yo. A mi me tocó limpiar la parte de abajo, que consistió en barrer las pizarras del suelo, fregar los baños, y sacar brillo a los azulejos. Lo único bueno era que teníamos puesta música. Al acabar, bajamos a merendar a la cocina, y después subimos a repartir los talleres de por la tarde. Me tocó el de "juegos de habilidades" donde tuvimos que hacer diferentes juegos y al final analizar que valores habíamos aprendido de cada uno. Luego,hicimos más juegos pero con todo el grupo como el brilé, o el juego de la paella, después repartieron los papeles para jugar al asesino y nos subimos a las duchas. Cuando acabamos de cenar hicimos el buzón del amor y tuvimos el resto del tiempo libre. Nos subimos a nuestras habitaciones y seguimos hablando hasta la una. Creo que aquel día nos dormimos a las dos, porque al día siguiente había excursión.
lunes, 16 de julio de 2018
LLERENA-REGINA
MIÉRCOLES 11 y JUEVES 12 DE JULIO
Aquí empieza mi verano. A las 18:30 (aprox) del jueves, salimos rumbo a Llerena, donde haríamos
noche antes de ir a nuestro verdadero destino, Regina. Como la actividad
empezaba a las 9:00 de el Jueves, recorrerte media provincia de madrugada no era muy buena idea, así que hicimos noche en Llerena; que está solo a diez minutos del yacimiento arqueológico de Regina. El viaje se hizo un poco pesado, había carreteras muy largas y en muy malas condiciones, pero mereció la pena; porque al llegar al pueblo y después de dar unos pequeños rodeos llegamos a nuestro hostal, EL ZURBARÁN (en honor al pintor español del siglo de Oro nacido allí). La plaza era preciosa. Aparcamos en frente del hostal y subimos a la habitación. Estaba en el 1º piso, y no había ascensor, así que cargué con la maleta. No parecía gran cosa pero, al abrir la puerta de la habitación: ¡Ni punto de comparación con el hotel de 3 estrellas de París! Más amplia, con vistas a la
torre de la plaza, dos camas, un sillón cama (donde yo dormí), una nevera
grandecita, un armario, un gran espejo en la entrada, televisión, un baño grande, balcón... Parecía un hotel 5 estrellas!!!! Dejamos las maletas y nos fuimos a hacer un poco de turismo, aunque como eran las 20:00 pasadas, no había ningún sitio de visitas abierto, salvo nuestra primera parada, la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada; pero porque estaba a punto de empezar la misa. Salimos y, como no conocíamos el pueblo, andamos hasta encontrar otra iglesia mas pequeñita que la primera: La Iglesia de Santiago. Después encontramos la biblioteca municipal, lo que quedaba de la muralla, el convento de Santa Clara, y el Palacio de los Zapata, que después ocupó la Inquisición. Llegamos otra
vez al punto de inicio, la plaza de España. Nos sentamos en una terracita a tomarnos algo y después subimos al hostal; donde cenamos los bocadillos que había
preparado mi mamá (el mío de beicon queso). Después dimos otra vuelta por el pueblo, pero ahora con las luces de los monumentos encendidas. Llegamos al hotel, descansamos un rato y después nos quedamos dormidas.
7:30 de la mañana, suena el despertador y todo el mundo en pie, nos vestimos, peinamos, recogemos las maletas, hacemos las mochilas y dejamos el hostal. Llevamos el equipaje al coche y nos fuimos a desayunar al único bar abierto (casualmente en el que estuvimos la tarde anterior). Me tomé un Nesquik con una tostada de mantequilla y mermelada de fresa. Volvimos al coche y nos fuimos a Regina. Se tenía que entrar por un pueblo llamado Casas de Reina. Aquello era un sitio lleno de carreteras que parecían el Come-coco. Salimos a una carretera local donde había un hombre con ovejas y con una pinta poco amigable que nos indicó como llegar a Regina. Allí ya había otros chicos y cuando estuvimos todos se nos separó en dos grupos, el mío iba primero a las excavaciones. Primero
vimos la puerta de acceso, donde nos enseñaron lo que quedaba de los cimientos de la muralla y las torres y dos cadáveres que habían encontrado
en una misma fosa ya que, antiguamente, se enterraba a la gente a las afueras de las ciudades, en las murallas o a lo largo de las calzadas.
Allí se quedó la primera niña, nosotros seguimos hasta llegar al mercado y, en el primer puesto de excavación, se quedaron Victoria y otro niño. Sólo quedábamos dos y al otro chico lo dejaron en la parte del basurero. Yo fui al último puesto del mercado; allí estaban Carlos y Sara. Era la excavación con menos personal, pero igualmente me lo pasé genial. Ellos están en el 2º año de Carrera y solo nos llevamos 4 años. Estuvimos limpiando la tierra de la taberna en la que estábamos y luego, rascando el suelo con la paleta buscando una segunda capa de superficie. Carlos me dijo que había que ir por capas, porque cada una daba un dato de una época diferente. Empezamos a encontrar la cal, pero llegó la hora de la merienda y fuimos con el resto del grupo a comer un bocata de salami bajo la sombra de un toldo. Aquello estaba genial, pero llegó el cambio de turno y nos tocó laboratorio, donde se analizaban y clasificaban las piezas. Lavamos en unos barreños
unas partes de platos, vasos o jarras con unos cepillos de uñas. Mientras tanto hablamos con la monitora que se encargaba del grupo y nos dimos cuenta de que era profesora de historia y conocía a Florencio (el profesor que hemos tenido Victoria y yo en historia este año). Después pasamos a clasificar piezas. Nos dio un montón revuelto de piezas de diferentes objetos y materiales y nosotros las separamos por basa, asa, borde... y después las guardó. Nos sacó unas bolsas ya clasificadas de piezas por diferentes zonas, días, y composición y nosotros teníamos que ponerles el código a las piezas con esmalte de uñas. Nos acabamos 6
bolsas en nada de tiempo y, como faltaba un rato, volvimos a las excavaciones. Yo volví a mi grupo y estuve picando. Al principio fue bien pero luego duele la espalda. Cuando dejé de excavar, Sara encontró algo en un lateral de la taberna, lo desenterró, y vino Roberto el supervisor y encargado de las excavaciones. Parecía ser la parte trasera de un pico. Lo sacó y me dijo que estaban buscando herramientas como esa para explicar el asentamiento, ya que se creía que era por las minas que había en las montañas de enfrente.Fue un momento muy chulo y para ellos, satisfactorio, porque en 11 días excavando en el mismo sitio habían encontrado dos monedas, una mandíbula de oso y ahora una parte de un pico. Llegó la hora de irse. Me despedí, aunque como los dos estudian en Cáceres, probablemente me los vuelva a encontrar. Nos hicimos una foto de grupo, Nos regalaron unas camisetas del yacimiento y nos despedimos. Luego nosotras 3 (mi madre, mi hermana y yo), fuimos a ver el teatro romano, que ya estaba sacado a la superficie. Cogimos el coche y volvimos a Llerena para comer en un bar-restaurante y después volvimos a Cáceres.
Ha sido una gran experiencia, pero creo que tanto la Junta como Europa deberían invertir más en patrimonio, porque por desgracia, solo hay un 2% de Regina desenterrado.
Aquí empieza mi verano. A las 18:30 (aprox) del jueves, salimos rumbo a Llerena, donde haríamos
noche antes de ir a nuestro verdadero destino, Regina. Como la actividad
empezaba a las 9:00 de el Jueves, recorrerte media provincia de madrugada no era muy buena idea, así que hicimos noche en Llerena; que está solo a diez minutos del yacimiento arqueológico de Regina. El viaje se hizo un poco pesado, había carreteras muy largas y en muy malas condiciones, pero mereció la pena; porque al llegar al pueblo y después de dar unos pequeños rodeos llegamos a nuestro hostal, EL ZURBARÁN (en honor al pintor español del siglo de Oro nacido allí). La plaza era preciosa. Aparcamos en frente del hostal y subimos a la habitación. Estaba en el 1º piso, y no había ascensor, así que cargué con la maleta. No parecía gran cosa pero, al abrir la puerta de la habitación: ¡Ni punto de comparación con el hotel de 3 estrellas de París! Más amplia, con vistas a la
torre de la plaza, dos camas, un sillón cama (donde yo dormí), una nevera
grandecita, un armario, un gran espejo en la entrada, televisión, un baño grande, balcón... Parecía un hotel 5 estrellas!!!! Dejamos las maletas y nos fuimos a hacer un poco de turismo, aunque como eran las 20:00 pasadas, no había ningún sitio de visitas abierto, salvo nuestra primera parada, la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada; pero porque estaba a punto de empezar la misa. Salimos y, como no conocíamos el pueblo, andamos hasta encontrar otra iglesia mas pequeñita que la primera: La Iglesia de Santiago. Después encontramos la biblioteca municipal, lo que quedaba de la muralla, el convento de Santa Clara, y el Palacio de los Zapata, que después ocupó la Inquisición. Llegamos otra
vez al punto de inicio, la plaza de España. Nos sentamos en una terracita a tomarnos algo y después subimos al hostal; donde cenamos los bocadillos que había
preparado mi mamá (el mío de beicon queso). Después dimos otra vuelta por el pueblo, pero ahora con las luces de los monumentos encendidas. Llegamos al hotel, descansamos un rato y después nos quedamos dormidas.
7:30 de la mañana, suena el despertador y todo el mundo en pie, nos vestimos, peinamos, recogemos las maletas, hacemos las mochilas y dejamos el hostal. Llevamos el equipaje al coche y nos fuimos a desayunar al único bar abierto (casualmente en el que estuvimos la tarde anterior). Me tomé un Nesquik con una tostada de mantequilla y mermelada de fresa. Volvimos al coche y nos fuimos a Regina. Se tenía que entrar por un pueblo llamado Casas de Reina. Aquello era un sitio lleno de carreteras que parecían el Come-coco. Salimos a una carretera local donde había un hombre con ovejas y con una pinta poco amigable que nos indicó como llegar a Regina. Allí ya había otros chicos y cuando estuvimos todos se nos separó en dos grupos, el mío iba primero a las excavaciones. Primero
vimos la puerta de acceso, donde nos enseñaron lo que quedaba de los cimientos de la muralla y las torres y dos cadáveres que habían encontrado
en una misma fosa ya que, antiguamente, se enterraba a la gente a las afueras de las ciudades, en las murallas o a lo largo de las calzadas.
Allí se quedó la primera niña, nosotros seguimos hasta llegar al mercado y, en el primer puesto de excavación, se quedaron Victoria y otro niño. Sólo quedábamos dos y al otro chico lo dejaron en la parte del basurero. Yo fui al último puesto del mercado; allí estaban Carlos y Sara. Era la excavación con menos personal, pero igualmente me lo pasé genial. Ellos están en el 2º año de Carrera y solo nos llevamos 4 años. Estuvimos limpiando la tierra de la taberna en la que estábamos y luego, rascando el suelo con la paleta buscando una segunda capa de superficie. Carlos me dijo que había que ir por capas, porque cada una daba un dato de una época diferente. Empezamos a encontrar la cal, pero llegó la hora de la merienda y fuimos con el resto del grupo a comer un bocata de salami bajo la sombra de un toldo. Aquello estaba genial, pero llegó el cambio de turno y nos tocó laboratorio, donde se analizaban y clasificaban las piezas. Lavamos en unos barreños
unas partes de platos, vasos o jarras con unos cepillos de uñas. Mientras tanto hablamos con la monitora que se encargaba del grupo y nos dimos cuenta de que era profesora de historia y conocía a Florencio (el profesor que hemos tenido Victoria y yo en historia este año). Después pasamos a clasificar piezas. Nos dio un montón revuelto de piezas de diferentes objetos y materiales y nosotros las separamos por basa, asa, borde... y después las guardó. Nos sacó unas bolsas ya clasificadas de piezas por diferentes zonas, días, y composición y nosotros teníamos que ponerles el código a las piezas con esmalte de uñas. Nos acabamos 6
bolsas en nada de tiempo y, como faltaba un rato, volvimos a las excavaciones. Yo volví a mi grupo y estuve picando. Al principio fue bien pero luego duele la espalda. Cuando dejé de excavar, Sara encontró algo en un lateral de la taberna, lo desenterró, y vino Roberto el supervisor y encargado de las excavaciones. Parecía ser la parte trasera de un pico. Lo sacó y me dijo que estaban buscando herramientas como esa para explicar el asentamiento, ya que se creía que era por las minas que había en las montañas de enfrente.Fue un momento muy chulo y para ellos, satisfactorio, porque en 11 días excavando en el mismo sitio habían encontrado dos monedas, una mandíbula de oso y ahora una parte de un pico. Llegó la hora de irse. Me despedí, aunque como los dos estudian en Cáceres, probablemente me los vuelva a encontrar. Nos hicimos una foto de grupo, Nos regalaron unas camisetas del yacimiento y nos despedimos. Luego nosotras 3 (mi madre, mi hermana y yo), fuimos a ver el teatro romano, que ya estaba sacado a la superficie. Cogimos el coche y volvimos a Llerena para comer en un bar-restaurante y después volvimos a Cáceres.
Ha sido una gran experiencia, pero creo que tanto la Junta como Europa deberían invertir más en patrimonio, porque por desgracia, solo hay un 2% de Regina desenterrado.
sábado, 7 de julio de 2018
GRADUACIÓN_2014-2018
Después de 4 años (que se escriben rápido), finalmente acabé la E.S.O. en mi Insti, el Norba. La
verdad es que, al principio, llegué un poco perdida; y al final de cada ciclo me ha tocado empezar a hacer nuevos amigos, porque nos separaban cada
dos años y reacían las clases. Tampoco es algo que me cueste. Ahora que empiezo bachillerato, me tocará empezar de nuevo. Pero hoy he venido a hablaros de mi graduación. La verdad esto no empezó el día 15 de Junio, yo acabé siendo representante forzosa de mi clase después de que el comité de graduación me dijera que o yo me encargaba de mi clase, o 4ºC se quedaba fuera de la cena. Sinceramente, no me apetecía mucho el cargo. A mis compañeras que se encargaban de la clase, las echaron; y me eligieron a mí. Así pues, acepté el cargo y, después de menús, restaurantes pa´arriba y pa´abajo; alergias, dinero, y demás problemas; terminamos eligiendo el Ágora. Llegó el día de la cena, faltaba gente por pagar, y el primer
problema que hubo, fue que al contar el dinero faltaba una persona. A mí me tocó abajo, quedarme solucionando los problemas de sitios; pero me llamaron para que subiera a contar dinero porque faltaba una persona.
Después de contarlo 2 veces, Carlota se acordó de que una persona no había venido, así que bajamos y empezamos con los entrantes que ya se habían servido. Estos eran croquetas, brochetas,chorizo y salchichón, gambas con gabardina... Después, vino la ternera con pimiento y patatas panaderas y, finalmente para acabar la noche, no tuvieron en cuenta a las personas con intolerancias alimenticias (como yo) y nos pusieron la tarta de selva negra. Carlota tuvo que ir a quejarse y, al final, a las 4 personas con problemas, nos pusieron helado de frambuesa. Al final todo se quedó como una anécdota y después de cenar, nos pateamos medio Cáceres en tacones (yo en alzas); para acabar, no sé cómo, por el Complejo San Francisco. Sin duda fue una noche para recordar. Ahora empieza una nueva etapa, pero primero, VACACIONES!!!!!!!!
verdad es que, al principio, llegué un poco perdida; y al final de cada ciclo me ha tocado empezar a hacer nuevos amigos, porque nos separaban cada
dos años y reacían las clases. Tampoco es algo que me cueste. Ahora que empiezo bachillerato, me tocará empezar de nuevo. Pero hoy he venido a hablaros de mi graduación. La verdad esto no empezó el día 15 de Junio, yo acabé siendo representante forzosa de mi clase después de que el comité de graduación me dijera que o yo me encargaba de mi clase, o 4ºC se quedaba fuera de la cena. Sinceramente, no me apetecía mucho el cargo. A mis compañeras que se encargaban de la clase, las echaron; y me eligieron a mí. Así pues, acepté el cargo y, después de menús, restaurantes pa´arriba y pa´abajo; alergias, dinero, y demás problemas; terminamos eligiendo el Ágora. Llegó el día de la cena, faltaba gente por pagar, y el primer
problema que hubo, fue que al contar el dinero faltaba una persona. A mí me tocó abajo, quedarme solucionando los problemas de sitios; pero me llamaron para que subiera a contar dinero porque faltaba una persona.
Después de contarlo 2 veces, Carlota se acordó de que una persona no había venido, así que bajamos y empezamos con los entrantes que ya se habían servido. Estos eran croquetas, brochetas,chorizo y salchichón, gambas con gabardina... Después, vino la ternera con pimiento y patatas panaderas y, finalmente para acabar la noche, no tuvieron en cuenta a las personas con intolerancias alimenticias (como yo) y nos pusieron la tarta de selva negra. Carlota tuvo que ir a quejarse y, al final, a las 4 personas con problemas, nos pusieron helado de frambuesa. Al final todo se quedó como una anécdota y después de cenar, nos pateamos medio Cáceres en tacones (yo en alzas); para acabar, no sé cómo, por el Complejo San Francisco. Sin duda fue una noche para recordar. Ahora empieza una nueva etapa, pero primero, VACACIONES!!!!!!!!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)