Antes, cuando me hablaban, de la Rioja pensaba en vinos; ahora, pienso en este campamento!
Podría deciros que este verano me he recorrido más de media España y no estaría mintiendo. El jueves 2 de Agosto, puse rumbo en un viaje que duró más de 9 horas hacia la Rioja, mi destino más al norte hasta la fecha (sin contar París). Al subir al bus, me senté con una chica muy maja que se llamaba Paula. La primera parte de la mañana estuvimos hablando ella y yo pero a medida que pasaba el día empezamos a hablar con otras personas: María, Belén y su hermano David, Ana y nuestro monitor Raúl.
Al llegar a Logroño (con algo de retraso) nos reunimos con el resto de monitores y los 10 compañeros de allí. Fue una hora más de camino hasta el Rasillo y, al llegar, todos pensábamos descansar. Pues no, el autobús nos dejó en la carretera y nos toco subir con todo el equipaje hasta casi el final del pueblo, donde estaba el albergue. Llegamos agotados, pero para rematar subimos otras escaleras hasta las habitaciones. Luego bajamos a cenar todos juntos. Ese día nos sentamos como quisimos. Después, bajamos hasta donde nos dejó el autobús para hacer juegos de presentación.
Cuando acabamos los juegos y subimos al albergue, mis compis de cuarto: Sara, Paula, Raquel, Marta y Belén y yo nos quedamos hablando un rato hasta quedarnos dormidas.
DÍA 1:
Hoy nos levantaron los monitores con una música fuerte yendo por todas las habitaciones con el
altavoz. Bajamos a desayunar y, cuando acabamos, subimos a ponernos los bikinis para ir al lago; donde seguimos haciendo dinámicas de presentación. Después nos separaron por grupos, que serían los grupos de trabajo. Llegó la hora de bañarse. El agua estaba un poco fría, pero se estaba bien. Subimos a jugar a la plataforma situada a pocos metros de la orilla; tenía un tobogán y un trampolín. Cuando acabamos estabamos agotados, pero luego tuvimos que rehacer el camino hasta el pueblo.
En ese campamento se comía requete bien. Las cocineras se llamaban Choche y Susi. Después de comer, estuvimos hablando y, tras el rato de descanso, hicimos un recorrido por el pueblo para orientarnos. Acabamos empapados porque, como hacía mucho calor, nos llevaron a una fuente a la que nos tiraron. Tras ducharnos y cenar, nos reunieron en las escaleras de al lado del albergue, donde nos explicaron el juego de la noche: "El juego de las matrículas". Se jugaba por todo el pueblo.Yo me pasé más de la mitad del juego escondida con mi amiga Carolina. Cuando acabó el juego, nos subimos a dormir.
DÍA 2:
Hoy hemos ido al club náutico. Bajamos al lago y dividieron el grupo por pares e impares (cada uno tenía asignado un número que se sabía de memoria). Yo estaba en el primer grupo; íbamos a hacer kayak! La verdad es que ya había hecho antes esta actividad, por lo que coger buen ritmo no me costó. Mi kayak era amarillo, parecía un plátano! El viaje fue tranquilo, nos hicimos el pantano a lo ancho y, al llegar a la otra orilla, aparcamos los kayak y nos dimos un baño. Cuando regresamos al club, el resto de compañeros esperaban para hacer el intercambio. Ahora ellos hacían la ruta y nosotros "descansamos" en la plataforma. Después de comer hicimos un juego por el pueblo. Nos separaron otra vez en mini grupos y tuvimos que ir de fotos por la zona. A cada capitán del grupo, los monitores les pasaron las fotos de los sitios donde teníamos que fotografiarnos. A lo tonto y después de todo, conseguimos ubicarnos en el pueblo mejor de lo que pensábamos. Cuando acabamos de cenar, bajamos a la explanada del primer día. Jugamos a un juego de ropa que era como un cámbiame. Los monitores nos daban 5min para cambiarnos la ropa con los compañeros. El juego consistía en avanzar sin ser reconocidos. La verdad es que fue muy gracioso. Al final, volvimos al albergue para descansar.
DÍA 3:
Hoy ha sido un día diferente; excursión! Subimos al autobús que nos llevó al parque de aventuras de Lumbreras. Nos dividieron el grupo de nuevo en pares e impares. Mi primera actividad fue tiro con arco y, pese a mi pésima puntería, cayeron más flechas en la diana que fuera de ella. Después subimos a unos toboganes donde te tirabas dentro de unos donuts. Lo divertido era tirarse, luego lo de subir la cuesta cargados con el donut no lo era tanto; pero la actividad emocionante fue la última. Un recorrido por unas torres de madera unidas por cuerdas y tablones. Hubo ratos en los que pase miedo, no lo voy a negar; pero no sabéis la alegría que da volver a pisar el suelo después de haber estado tan arriba, y que tu vida dependiera solo del arnés que te sujetaba. Después de esta experiencia, fuimos a Villoslada (otro pueblito de la zona) a tomar las 11. Diría que querría volver al pueblito aquel de no ser porque a la mujer del bar le pagabas con un billete de 10€ y te daba la vuelta como si hubieras pagado con uno de 5€. Tras el pequeño incidente y antes de que nos echaran del pueblo, decidimos irnos nosotros. El siguiente sitio fue: el "Parque Natural Sierra Cebollera" (no vi ni una cebolla). Subimos hasta el campo de en frente de una ermita a comernos el bocadillo de la Choche. Los monitores querían que nos sintiéramos en contacto con la naturaleza, y lo consiguieron; porque poco más y los caballos se llevan nuestros bocatas. Después de comer y descansar un rato, hicimos la ruta de las cataratas que nos llevaría hasta el río. Aquello fue como bajar un peñascal, pero al final lo conseguimos, y el bañarnos en el río nos supo a gloria. Esa noche tuvimos una velada con juegos de contacto; donde yo me caí y me hice un quemón en la rodilla del que aún tengo cicatriz.
DÍA 4:
Después del agotador día de ayer, hemos vuelto a nuestra "rutina" del lago a hacer pedaletas. Al final nos cansamos de pedalear y unimos las barcas en círculo para hacer una piscinita, que luego se convirtió en un trenecito y terminó cada uno por su parte. Como por la tarde llovía y no se podía salir, hicimos un taller de camisetas. Yo hice al burrito de Winnie de Pooh, pero me quedó muy feita y la acabé tirando. Por la noche, hicimos un juego de dinámica de barro, donde nos pusieron un compañero a cada uno y hubo que hacer una figurita con los ojos cerrados. Aquello era arte abstracto!
DÍA 5:
El día de hoy para mi ha sido el más agotador con diferencia. Más de 12km antes de comer! Nuestra ruta consistía en ir hasta un pueblo cercano, Nieva de Cameros. Lo malo no fue llegar hasta el pueblo, que el camino ya fue duro de por si, si no escalar hasta el castillo del pueblo, que estaba en lo alto de una montaña rocosa. Subir fue horrible, y el pensar que colocabas mal un pie y no lo contabas era aún peor. Las vistas arriba eran impresionantes. En lo alto veía el publito pequeño a un lado de la ladera y al otro todas las montañas y las águilas volando entre las cimas. Vimos el "castillo" del que a penas quedaban 2 muros y una ventana, y bajamos al pueblo a tomar las 11. Nunca me habían sentado tan bien la fanta y la bolsa de chuches. Volvimos al albergue y, literalmente, devoramos la comida de la Choche. Después bajamos a pasar la tarde al lago. La noche fue más tranquila, ya que jugamos a un juego de estrategia llamado "Rommel and Montgómeri". Hoy si que dormimos todos como Santos.
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