DIA 4 – MIÉRCOLES
21
¡Ese día fuimos a Disney! Por la mañana, al
abrir la cortina entro un sol radiante por la ventana. Fue la primera vez en
tres días que hizo sol en París. Tuvimos que levantarnos un poco más temprano
porque venía a por nosotros un autobús para llevarnos a Disneyland. Al subir
nos dimos cuenta de que el único día que iba a hacer sol lo íbamos a pasar en
un parque de atracciones. Cuando llegamos a Disney, tuvimos que subir dos
rampas hasta llegar a la primera puerta de acceso al parque. Pasamos el control
y fuimos hasta la verdadera entrada. El primer parque era increíble, tenía
setos con forma de corazón y de Mary Poppins; una gran calle de tiendas en
casitas que
parecían de hadas o enanitos. Pasamos la rotonda y el castillo
apareció ante nuestros ojos;¡ todo era mágico!. Nuestra primera parada fue “El Oeste”, aunque no pudimos montar en nada porque estaba todo en reforma. Nos dirigimos a la zona de los piratas, y Alaia se acordó de una atracción de Piratas del Caribe.Fue una de mis favoritas, montamos en una barca que nos llevó por ciudades, barcos, naufragios, batallas,…
todo el mundo de Jack
Sparrow; fue como entrar en una peli. Luego entramos a la zona de las
princesas, pero las colas que había para entrar a las atracciones tenían tiempo
de espera de horas, por lo que fuimos al siguiente parque: el de ciencia
ficción. Montamos en una atracción de disparar a marcianitos
y luego yo subí la
montaña de Star Wars ¡Simplemente waw! Laura y Alaia no quisieron montar asique
se fueron a una parecida al Canguro. Me dijeron que tampoco me perdí nada.
Volvimos al oeste y
montamos en un barco que recorrió el lago. Tampoco hubo mucha emoción, pero estuvo bien. Salimos del parque principal y nos fuimos al de Disney Studios; ese tenía atracciones más emocionantes. Laura y yo montamos en la atracción del hotel. Ponían una mini peli antes contando la historia, pero cómo estaba en francés y no tenía subtítulos no
me enteré de mucho. Subimos a la atracción y casi se me fue volando el bolso. ¡Fue increíble!, aunque nos despeinamos un poco. La siguiente, la de Nemo; subimos al caparazón de una tortuga y entramos en una corriente marina, en esta atracción tampoco nos arreglaron mucho los pelos. Al salir de esa,nos dirigimos a la de los soldaditos verdes de “Toy Story” y montamos en paracaídas. Se veía todo el parque desde arriba.
Al bajar nos comimos unos bocadillos que nos había hecho Laura, ¡estaban buenísimos! y fuimos a la atracción de “Ratatouille”, pero estaba cerrada. Volvimos a Disneyland y Laura y yo nos compramos unas orejitas de Minnie Mouse y
volvimos al barrio Vaquero a por una sudadera que Alaia quería comprarse. Después vimos el desfile, uno de los mejores momentos del parque y luego, como aún nos quedaba tiempo hasta la hora de ver los fuegos artificiales, subimos al castillo de la “Bella Durmiente”. Fue como estar en el cuento. Luego volvimos al parque de ciencia ficción y montamos en una atracción de conducir. Alaia iba a mi lado y
me dijo que cuando me saque el carnet se lo pensaría dos veces antes de ir conmigo en el coche. (Atropellé tres veces al de delante, aunque
montamos en un barco que recorrió el lago. Tampoco hubo mucha emoción, pero estuvo bien. Salimos del parque principal y nos fuimos al de Disney Studios; ese tenía atracciones más emocionantes. Laura y yo montamos en la atracción del hotel. Ponían una mini peli antes contando la historia, pero cómo estaba en francés y no tenía subtítulos no
me enteré de mucho. Subimos a la atracción y casi se me fue volando el bolso. ¡Fue increíble!, aunque nos despeinamos un poco. La siguiente, la de Nemo; subimos al caparazón de una tortuga y entramos en una corriente marina, en esta atracción tampoco nos arreglaron mucho los pelos. Al salir de esa,nos dirigimos a la de los soldaditos verdes de “Toy Story” y montamos en paracaídas. Se veía todo el parque desde arriba.
Al bajar nos comimos unos bocadillos que nos había hecho Laura, ¡estaban buenísimos! y fuimos a la atracción de “Ratatouille”, pero estaba cerrada. Volvimos a Disneyland y Laura y yo nos compramos unas orejitas de Minnie Mouse y
volvimos al barrio Vaquero a por una sudadera que Alaia quería comprarse. Después vimos el desfile, uno de los mejores momentos del parque y luego, como aún nos quedaba tiempo hasta la hora de ver los fuegos artificiales, subimos al castillo de la “Bella Durmiente”. Fue como estar en el cuento. Luego volvimos al parque de ciencia ficción y montamos en una atracción de conducir. Alaia iba a mi lado y
me dijo que cuando me saque el carnet se lo pensaría dos veces antes de ir conmigo en el coche. (Atropellé tres veces al de delante, aunque
en mi defensa diré que era muy lento). Intentamos ir al laberinto de Alicia, pero ya estaba cerrado; aunque tengo fotos bastante chulas. Al final fuimos a ver el desfile, que me emocionó aunque no lloré. Fue como volver a ser una niña. Cogimos el autobús de vuelta al hotel. Al volver, nos quedamos atrapadas en el ascensor Laura, Alaia, Sheila, Andrea, Esther y yo. ¡Se nos desmagnetizaron las tarjetas!
Y no se abría el ascensor. De repente, se abrieron las puertas y entraron Ami y Nuria. Les dijimos que nos dejaran salir que el ascensor no funcionaba, pero se cerraron las puertas con todas dentro; y hasta que unos turistas no llamaron, no pudimos salir. Nos arreglaron las tarjetas y subimos a las habitaciones. Preparamos una mini-party en nuestra habitación. Luego hice mi maleta; no me acuerdo que hora era, sólo sé que estaba agotada. Era hora de dormir. Así fue nuestra última noche en París.
Y no se abría el ascensor. De repente, se abrieron las puertas y entraron Ami y Nuria. Les dijimos que nos dejaran salir que el ascensor no funcionaba, pero se cerraron las puertas con todas dentro; y hasta que unos turistas no llamaron, no pudimos salir. Nos arreglaron las tarjetas y subimos a las habitaciones. Preparamos una mini-party en nuestra habitación. Luego hice mi maleta; no me acuerdo que hora era, sólo sé que estaba agotada. Era hora de dormir. Así fue nuestra última noche en París.