miércoles, 12 de septiembre de 2018

ALMERÍA

Uno de los lugares más bonitos del mundo para mi es Almería, la tierra de "tio Panci". Después de salir de la estación de autobuses, subimos en el coche, y empece a contarles a mis padres mis vivencias del campamento, pero poco a poco me fui quedando dormida, paramos a comer en una estación de servicios. Mi mamá me había echo una de mis comidas favoritas, pastel de primavera! Cuando acabamos de comer y estirar las piernas volvimos al coche para continuar el viaje. Me fui quedando dormida otra vez, y cuando abrí los ojos, vi Almería ante mi.
Mis padres se quedaban en la ciudad, subimos al hotel a dejar sus maletas, después vino mi tío Francis a por nosotros para llevarnos a Agua Dulce el pueblo donde tenían la casa. Llegamos estaban todos esperándonos, Marina y Carlos (mis primos), mi hermana Victoria, la tía Mariluz y la Abu. Dejamos mis maletas y nos fuimos a la playa, solo estaba a diez minutos de casa!!!. Al llegar fue un momento maravilloso, la sensación de pisar la arena descalza o ver el agua tranquila y clara, fundiéndose con el horizonte. Fui con Marina, Victoria y papá al agua, luego Marina y papá se salieron y nos quedamos Victoria y yo hablando.
Empezaba a anochecer, y el agua empezaba anotarse un poco fría, salimos y fuimos a hablar con el resto de mi familia a las toallas. 
Llegó la hora de cenar y fuimos todos a un chiringuito de al lado de la playa, el sol ya estaba muy bajo y se veían las luces de Almería y el puerto a lo lejos. Echaba de menos cenar en la playa y mucho más el pescado, cené unos boquerones que me supieron genial y nos volvimos todos a casa. Me di una ducha que me quitó el cansancio del viaje y el salitre del mar. Antes de dormir estuve hablando con mi prima y con mi hermana, aunque estaba tan cansada que me quedé dormida sobre las 12:00. 

Por la mañana vino mi tía a despertarme, me trajeron una bamba rellena de chocolate para desayunar echaba tanto de menos los dulces! Me arreglé y me monte en el coche con mi tío y con mi abuela, hoy íbamos a visitar los refugios de la guerra en Almería. Teníamos la visita a las 12, pero de Agua Dulce a Almería se tardan unos 20 minutos y a parte teníamos que recoger a mis padres y llegar hasta el lugar.

La visita empezó a las doce en punto, nos pusieron un vídeo donde testigos que aún viven, contaban su experiencia sobre como vivieron la guerra. Para poneros en situación, estos refugios fueron construidos entre 1936 y 1939 y resguardar a la población de los 52 bombardeos que sufrieron con sus 754 bombas. En el vídeo contaban lo que era oír la sirena que indicaba que se acercaban aviones a bombardearlos, todo el mundo dejaba lo que estaba haciendo y corría rápidamente a las entradas de los refugios situadas en las iglesias, calles y casa particulares. El correr y no saber si toda tu familia esta a salvo, y ese miedo de que las alarmas no sonaran a tiempo... 
Cuando acabo el vídeo, el guía nos indicó que bajáramos por las escaleras que nos llevaban a los túneles el lugar era estrecho y húmedo, había bancos en ambas paredes que recorrían todo el pasillo y grandes muros de hormigón situados cada pocos metros, para, por si había una explosión dentro del túnel, detener la onda expansiva. Estábamos a 12 metros de profundidad, esta es mayor a la de otros refugios, pero fue debido a la roca que había que atravesar era muy dura, tuvieron que bajar hasta un punto donde fuera más blanda. A lo largo del recorrido se iban viendo diferentes bifurcaciones cerradas al público, estas eran las que conectaban con otros túneles repartidos por el resto de Almería. Al irnos acercando al mar, del agua que se filtraba se podía ver el salitre cada vez con más frecuencia. El guía nos iba explicando, y una cosa que me llamo la atención
fueron los dibujos. Nos contó que cuando empezaron a utilizarse, aún no estaba el cemento seco del todo, y la gente se dedicaba a hacer gravados para distraerse de la situación. Pero el que más resaltó fue uno que hicieron unos niños, con unos aviones y unos barcos bombardeando lo que parecía la casa de uno de ellos. Seguíamos avanzando, y nos contó que a lo largo de los túneles había entrantes falsos con respiraderos, para que se pudieran ventilar los túneles debido a la gran cantidad de personas que se refugiaban en ellos, pero estaban estrategicamente apartados para por si tiraban una granada, que nadie saliera herido o muriera. Otro
dato interesante es que nadie murió dentro de los túneles,si no que en las  entradas, porque todo el mundo quería entrar tan rápido que se empujaban, pegaban o incluso pisaban a la gente. 
Al final del recorrido se encontraba una entrada privada, estas solo se las podían permitir las familias con una buena posición económica, pero estas familias estaban obligadas a ceder paso a las personas cuando sonaba la sirena. Pero lo que me llamó poderosamente la atención fue el quirofano, justo antes de acabar nos enseñaron lo que era la sala de enfermería y el quirofano. Nos explicaron que como había tantas situaciones de estrés y momentos de mucha tensión, muchas mujeres parían en el refugio, por eso la mesa del quirofano era un potro de parto. Tras acabar la visita el guía nos invitó a sentarnos y nos puso una grabación imitando una situación real de bombardeo. Se sentía tan real, oías las bombas cayendo encima de ti el sonido de los aviones, las sirenas,.. solo duró un minuto pero se hizo interminable, el guía nos explico que los bombardeos podían durar desde los 5 minutos a los 15 y que hubo uno que duro una hora entera.
Cuando salimos otra vez a la calle me sentía como cuando salí de la exposición de Auswitch. Pensar en esa situación, y en toda esa gente pero sobre todo esos niños que no pudieron tener una infancia, te deja desolado.
Mi tío vino a recogernos y nos llevo a tomar las cañas antes de volver a Agua Dulce. Al llegar a casa, ya estaba puesta la mesa, y comimos todos juntos, después yo aproveché y me dormí un rato la siesta. Cuando dieron las seis bajamos todos otra vez a la playa, hoy era mi último día en el mar y lo aproveché al máximo. Después de cenar todos juntos, me despedí de la playa hasta el año que viene, y nos subimos a casa, esa noche dormí genial.

Por la mañana acabé de hacer la maleta y mi tío nos llevó a mi abuela y a mi hasta Almería (ella también volvía a Cáceres). Mis padres acabaron de hacer el equipaje y poco a poco, mientras se iba alejando el mar, yo me quedé dormida.

domingo, 9 de septiembre de 2018

UMBRALEJO-GUADALAJARA (parte 2)

DÍA 3:
Bueno, hoy también Estopa. Tras bajar a por los móviles y el desayuno, nos reunimos todos en la hogera para que nos explicaran como iba a ser el día de hoy. El recorrido era una ruta de unos 14 o 15 km. Primero iríamos a un pueblo cercano, y después bajaríamos al río para comer y pasar la tarde antes de volver a Umbralejo. Íbamos a ir haciendo un juego que consistía en escuchar las explicaciones de Juanca sobre la flora y rocas de la zona, encontrar todos los ejemplares que pedían en el maletín que nos habían dado a cada grupo.
Empezamos la marcha y al principio todo bien, íbamos hablando y disfrutando del paseo, pero la mejor parte vino al tener que subir la montaña hasta el otro pueblo.Cuando paramos a descansar, casi me tienen que enchufar a una botella de oxígeno, y nada más llegar al pueblo, nos dejamos caer en los bancos y sillas del bar al que nos llevaron. Estábamos todos agotados, aprovechamos
para comprar, yo me cogí una fanta, y luego llegó la furgoneta del campamento con nuestras meriendas, pan con chocolate!!!!! Cuando acabamos de merendar, me puse el biquini y al rato continuamos nuestra marcha hasta el río, esta vez fue mejor porque la mayor parte del camino fue cuesta abajo. De camino vimos un viejo molino del que a penas quedaba la estructura, pero lo mejor fue la llegada al río, todos emocionados dejamos las mochilas debajo de un gran árbol y salimos corriendo al agua, estaba helada, pero no me importó porque tenía tanto calor que me lancé sin pensarlo. Unos cuantos decidimos subir río arriba, al llegar a unas
piedras nos detuvimos, y descansamos un rato al sol antes de volver,el camino era horrible porque el nivel del agua iba cambiando y de vez en cuando te comías una roca. Volvimos para comer, bocatas de lomo y melón. Estábamos muy cansados asique el rato de la siesta lo pasamos tumbados en las toallas hablando y escuchando música. Volvimos al río después y fui con otros amigos a hacer el camino y esta vez llegamos más lejos, pero tuvimos que regresar al rato porque nadie llevaba reloj y ya había pasado mucho tiempo.
El camino de vuelta fue agotador, subimos por el bosque sorteando arboles y bajando y subiendo terraplenes. Al llegar al campamento y poder ducharnos todo se nos pasó. Estaba fatigada pero no era comparable a aquel dolor de pies que sentí en París. Cenamos y tras el buzón, fuimos a hablar a las habitaciones, este fue el primer día que todos nos dormimos a la hora.

DÍA 4:
Hoy fue el día con la música más extraña para despertarnos, una mezcla de Estopa y cantos Gregorianos, estabamos muertos pero aún así nos levantamos y tras los teléfonos y el desayuno, vino el reparto de tareas, a mi hoy me tocaba huerto! La verdad es que tuve muchísima suerte porque tras una breve explicación sobre las plantas y una visita por los jardines, a cada uno nos dieron una tarea y nos situaron en diferentes puntos, a mi me tocó coger cerezas. La verdad esque no se me dio nada mal, estaba con mi amiga Helena y de las dos horas que teníamos para hacer el trabajo, creo que solo trabajamos media, y el rato restante lo pasamos comiendo cerezas y hablando.
 Después se repartieron los talleres y por fin pude hacer el que más
me gustaba, el taller de arcilla. Esta vez los talleres fueron por la mañana porque por la noche íbamos a hacer una feria.
El taller estuvo genial, yo hice una cosa para colgarla al lado de la puerta y poner las llaves (pero se rompió en el trayecto en coche de vuelta). Después del taller, la comida y descanso. Llegó el momento de hacer la feria, nos dividieron en cuatro grupos y cada uno hizo su propia caseta. A nuestro grupo le pusimos el nombre del burro; nos llamábamos ABELINOS. Fue la mejor y ganamos el concurso. Por la noche, después de la cena y el ratito de descanso comenzó la Feria, mientras la mitad del grupo estaba en la caseta, la otra mitad se iba a jugar a las otras 3. La cosa consistía en ganar las sílabas de la palabra CONSUMICIÓN. Cada sílaba se conseguía ganando un juego en cada caseta. Estuvimos jugando hasta las 12:00 y después nos subimos a las habitaciones donde hicimos noche del terror, bueno, más bien asusté al campamento contando mi repertorio de historias para no dormir. Nos lo pasamos genial, pero a la 1:00 nos mandaron a acostar, aunque creo que a más de uno le costó conciliar el sueño.

DÍA 5:
Nos levantamos al sonido de Estopa, y tras lo de todas las mañanas.
 Llegó la tarea del día, hoy era "restaurar" (limpiar) el pueblo, nos tocó recoger todo lo de la feria de la noche anterior, y luego limpiar una calle. El resto del tiempo fue tiempo libre donde yo aproveché para empezar la maleta, y como soy un desastre tenía mucho trabajo.
Después de comer decidí escribir cartas para que todos mis amigos se llevaran un recuerdo mío. Y tras la siesta empezamos a decorar el punto de encuentro para la fiesta, hicimos un escenario, y dos fhotocall, pusimos banderitas y carteles, y todo estaba super lindo. Después llegó la hora de la ducha y tras
arreglarnos y acabar la decoración, Susana dijo que le ayudáramos con una canción que quería cantar. Bien, pues aunque fue algo desastrosa, pasamos un rato muy divertido. Después de nuestra última cena,subimos para terminar de arreglarnos y a las 10:30, empezó la fiesta, hicimos nuestro último buzón. Nos dieron diplomas y luego música y baile, más tarde fuimos a las habitaciones y nos pasamos prácticamente toda la noche despiertos. Fue un día inolvidable, aunque ¿quién olvida un final de campamento?





DÍA 6:
Todo lo bueno se acaba, y esto no iba a ser una excepción,cuando sonó la música, supe que sería la última vez que me despertaría Estopa. Acabamos de meter las cosas en las maletas, y las cerramos. Dejamos atrás la habitación para siempre. Bajamos al comedor donde estaban ya algunos compañeros y sus maletas, desayunamos y llegó el autobús que nos llevaría de vuelta a Guadalajara. La primera despedida fue allí en la entrada al campamento, a Paula la vinieron a recoger sus padres, todos estabamos tristes, subimos al autobús e intentamos pasar la última hora juntos lo mejor posible.Pusimos música, todos hablábamos. Dejamos atrás Umbralejo, y las montañas. 
Bajar del autobús no fue fácil, nos despedimos todos de todos y cogí las maletas, mientras me alejaba miré para atrás y vi como un trocito de mi se quedaba con cada uno. 
Gracias a todos por hacer de este campamento una experiencia inolvidable.
Umbralejo siempre tendrá un huequito en mi corazón.

UMBRALEJO-GUADALAJARA (parte 1)

Ya se que dije que mi verano comenzó en Regina, pero mi verdadera aventura empezó concretamente el día 20 de Julio. Con las maletas preparadas junto con mis padres pusimos rumbo a Madrid, os preguntareis el por qué. Como ya sabéis mi madrinita vive allí y como Guadalajara está a una hora escasa de Madrid decidimos partir el viaje y aprovechar la ocasión para verla a ella y a
mi primito. El domingo por la mañana salimos hacia Guadalajara  para hacer un poco de turismo antes de tomar el autobus a mi destino fina . Pero continuando con el gafe, solo vimos el Palacio del Infantado, y por fuera porque estaba cerrado al público por reformas, total, que acabamos dando un paseo hasta la plaza del ayuntamiento donde nos tomamos las "onces"(unas cañitas o tapas). Reanudamos el paseo al lado de un parque y buscamos un lugar para comer. Eran las tres y media, hacia calor y decidimos ir a pasar el rato al centro comercial,  tras perdernos un par de veces, al llegar estaba todo cerrado por ser domingo. Nos dirigimos a la estación de autobuses donde nos sentamos tranquilamente a esperar. Fui viendo como llegaba la gente. Pasaba el tiempo y cada vez estaba más ansiosa por subir al bus. Mi primera amiga fue Raquel, llego con su madre y se sentaron a nuestro lado, empezamos a hablar y nos hicimos buenas amigas. Llegó el momento de subir al autobús, eran las seis de la tarde y nosotras entramos de las primeras nos sentamos en la parte de atrás y empezamos a hablar con el chico de delante, se llamaba Fernando y nos hicimos muy amigos. Después llegó Pedro, se sentó al lado de Fernando y continuamos la conversación que duró todo el viaje.
Por fin llegamos a nuestro destino, cogimos las  maletas. Primera parada, la zona de comedor, que estaba en la parte de abajo del pueblo. Dejamos el equipaje fuera y entramos, Raquel y yo, nos sentamos alrededor una mesa junto  a Teresa, Idoia, y Claudia. Nos dijeron los monitores que teníamos que repartirnos por habitaciones.
Las cinco acordamos ponernos juntas, salimos de allí por turnos, y tuvimos la gran suerte de que nos tocó la casa-cabaña más grande. Nuestra habitación estaba nada más subir las escaleras, teníamos dos ventanas y un mini balcón, era perfecta, salvo por el detalle de que era la única habitación sin baño. Teníamos que ir al baño de las otras habitaciones pero por lo demás era genial. Teníamos hasta la hora de cenar para deshacer maletas y familiarizarnos con la casa y los compañeros. Arriba había cuatro habitaciones más estas con baño. Abajo teníamos dos salitas, una con un futbolín y otra con una mesa y tres bancos. Al salir había un triangulo gigante de piedra (con muy buena cobertura, cosa que no teníamos dentro de la casa,  ya que al ser un pueblo abandonado sus comunicaciones no eran muy buenas) y una hogera al lado de este. Llegó la hora de cenar y bajamos todos al comedor, no tenia mucha hambre pero la comida no estaba mala. Después de cenar tuvimos una hora para lavarnos los dientes y hacer lo que quisiéramos, luego nos llevaron al salón de actos del pueblo, donde repasamos las normas e hicimos un juego para conocernos mejor. Más tarde nos dieron más tiempo libre y acabamos un buen grupo de gente hablando en nuestra habitación, cosa que se convirtió en costumbre a las 12:30 bajamos los móviles y a la una nos mandaron a cada uno a nuestras habitaciones, aunque nosotras nos quedamos hablando hasta casi las 3:30 o 4:00...

DÍA 1:
Eran las 8 de la mañana cuando la música de Estopa empezó a sonar por todo el pueblo, estábamos muertas por la falta de sueño, pero aun así nos levantamos nos vestimos y bajamos a recoger los teléfonos a la caseta de los monitores, después fuimos al comedor y tras el desayuno fuimos a
la hogera, que fue el punto de encuentro ese día, cuando llegaron los monitores nos fuimos al punto de reunión, una especie de cobertizo  abierto, con bancos en la pared medianera y una fuente. Nos sentamos y nos dijeron con que monitor nos tocaba a cada uno, bien pues el primer día me tocó ganado. Subimos casi hasta el final del pueblo, a mi me habría hecho mucha ilusión haber cuidado las ovejas pero con mi mala suerte me tocó con las gallinas.En mi grupo estabamos Jose, Nuria, Candela (murciana) y yo. No os podéis imaginar la mierda que acumularon esos bichos, restos de comida, paja,.. limpiar fue un poco difícil porque teníamos que separar lo bueno de lo malo, lo malo lo poníamos en la carretilla para tirarlo y estos animalitos tontos se subían a la carretilla a comer. Luego le dimos un mangerazo a los comederos y regamos los arboles,les migamos pan y les echamos comida nueva, parecía que no habían comido en semanas!!! Cuando
acabamos de llevar la basura al vertedero vimos los conejos, las ocas, el caballo y el burro, el burro no se porqué pero era el único animal con nombre; Abelino. Y acabamos bajando al prado donde estaban las ovejas, les tuvimos que llevar un montón de alpacas de paja que había en el prado, pesaban como unos 15kg o más. La mejor recompensa fue el darles de comer, Juanca (nuestro monitor) nos echó su pienso en las manos y vinieron a comer de ellas, fue muy bonito, estas por lo menos te lo agradecían, no como las gallinas. Había un corderito al que le pusimos de nombre Potito, era muy tierno. 
Subimos al comedor y merendamos en la calle que se esta muy bien
fuera, cuando acabamos fuimos al punto de encuentro para repartir los talleres de la tarde. Estos se hacían por orden de lista, yo me metí en el taller de masajes, después hicimos una ruta para conocer el pueblo y luego un juego de orientación. Llegó la hora de comer y tuvimos un ratio de descanso, en principio íbamos a dormir siesta pero al final empezamos a hablar y se nos pasó la hora. Y tenía que ir  al taller de masaje y entre el masaje y me quedé dormida dos veces, estaba agotada. Después del taller hicimos juegos en grupo,así nos conocimos un poco mejor, el resto de la tarde fue tiempo libre y horario de duchas. 
A la hora de cenar, bajamos al comedor. Después hicimos el buzón del amor, tuvimos el resto de la noche para nosotros, fuimos otra vez todo nuestro grupo a la habitación donde se nos pasó todo el rato hablando, al final a la una nos mandaron a la cama y ese día solo hablamos hasta las tres.

DÍA 2:
Bueno, hoy para no variar, a las 8 de la mañana la música de Estopa se coló en la habitación, nos levantamos arregañadientes y nos vestimos hoy me tocaba día de limpieza, la verdad es que tampoco fue  muy emocionante, asique después de recoger nuestros teléfonos, desayunar y lavarnos los dientes, subimos al punto de encuentro donde nos fuimos con la monitora encargada de la limpieza. Nos dividieron por cabañas, y a mi me tocó en la mía, estabamos en el minigrupo Carmen,
Javi, Pedro, Nuria, y yo. A mi me tocó limpiar la parte de abajo, que consistió en barrer las pizarras del suelo, fregar los baños, y sacar brillo a los azulejos. Lo único bueno era que teníamos puesta música. Al acabar, bajamos a merendar a la cocina, y después subimos a repartir los talleres de por la tarde. Me tocó el de "juegos de habilidades" donde tuvimos que hacer diferentes juegos y al final analizar que valores habíamos aprendido de cada uno. Luego,hicimos más juegos pero con todo el grupo como el brilé, o el juego de la paella, después repartieron los papeles para jugar al asesino y nos subimos a las duchas. Cuando acabamos de cenar hicimos el buzón del amor y tuvimos el resto del tiempo libre. Nos subimos a nuestras habitaciones y seguimos hablando hasta la una. Creo que aquel día nos dormimos a las dos, porque al día siguiente había excursión.